Los datos de la Agencia Tributaria sobre exportaciones españolas de vino durante el pasado más de julio muestran un aumento de 39,1 millones de litros sobre igual mes del año anterior y de 49,1 millones de euros, hasta alcanzar los 22,7 millones de litros por importe de 254 millones de euros. Estos buenos datos del mes, a las puertas ya de las vendimias en muchos de los países del hemisferio norte que se auguran relativamente escasas en nuestros principales competidores, permite aumentar las ventas exteriores de nuestros vinos un 8,5% en el acumulado enero a julio 2017 en valor y un más ligero 2,4% en volumen. De acuerdo con el análisis del OeMv, el cambio de principales clientes y de los diferentes tipos de vino exportados, explica esta revalorización del vino español en el mundo, que incrementa un 6% sus precios medios.
29,5 millones de litros más que en los siete primeros meses del pasado año de vinos envasados, contrastan con los casi 18 millones menos vendidos de vinos a granel, pese a su fuerte recuperación en el mes de julio. Si a ello le sumamos las ganancias de ventas de otros vinos, particularmente espumosos por la muy buena marcha de nuestros cavas en el exterior, obtenemos esa mejora global en nuestras exportaciones que es aún mayor en términos de valor. En euros, aumentan las exportaciones españolas de vino en más de 49 millones, de los que casi 20 millones se obtienen por mejor venta de los vinos envasados, más de 15,4 millones por las de otros vinos particularmente espumosos y aumentan también las ventas en valor de los vinos a granel en 13,8 millones de euros, por venderse menos cantidad pero de graneles de mayor precio medio y mejor imagen.
Vinos más caros de media que van cambiando también de destino. Así, durante los primeros siete meses de este año 2017, aumentan sensiblemente nuestras ventas en euros a China, en más de 23 millones de euros, Canadá, Portugal, Japón, México y Rusia junto con Lituania, mientras disminuyen las ventas en litros a Francia, Alemania, Italia (-10,9%), Países Bajos, Bélgica, Suiza y, sobre todo, a la República Checa, donde las exportaciones disminuyen un 51%. De nuevo, Asia y Norteamérica, junto con la más errática Europa del Este, se consolidan como los ejes de mayor crecimiento de las importaciones mundiales de vino, que España está sabiendo aprovechar para lograr un saldo neto positivo, frente a la mayor lentitud o caída de los mercados europeos.
En definitiva, la relativa escasez en la producción mundial de vino, que se viene notando en los últimos años y parece agudizarse en la actual vendimia, permite una revalorización de los vinos españoles en los mercados internacionales mediante el progresivo cambio en la tipología de vinos vendidos y en los clientes, con ventas cada vez mayores de vinos envasados, tanto tranquilos como espumosos, a países de Asia, Europa del Este y Norteamérica, donde el consumo aumenta con fuerza.