Ha llegado su momento. Probablemente ya se encuentran deseosas de estar entre las manos de los agricultores, que las recogen manualmente, con mimo y cuidado de no dañarlas. ¡Nos han salido sensibles! Estas ‘señoritas’ del olivar malagueño empiezan a reunirse ya para que se las pongan guapas y salgan a dejarse probar. Nos referimos a las aloreñas, las ‘pata negra’ de las aceitunas de mesa, una variedad que desde el año 2008 goza de la Denominación de Origen Protegida.
¿Qué las hace tan especiales? Varios motivos han convertido a la aloreña en un auténtico manjar, reseñan desde la DO Aloreña de Málaga. “Son totalmente naturales, pues su escaso contenido en oleuropeína hace que no requieran tratamiento con sosa cáustica y se endulzan únicamente con agua y sal”. Eso genera que tengan unas características nutricionales mayores y tienen un efecto beneficioso en la prevención de enfermedades cardiovasculares (por los polifenoles que contienen). ¿Y qué decir de sus sabor y cualidades aromáticas? Hablan por sí solos los datos de producción y volumen de negocio que genera este fruto: en la campaña de 2016 se alcanzaron los 12 millones de euros y 4.000 familias están relacionadas directamente con este importante sector.
Una de ellas, un referente en este campo, es Aceitunas Roldán, que en 2017 cumplirá 50 años. Esta empresa familiar empezó de la nada –“mi padre lo preparaba como un guiso artesano, en una pequeña tienda de ultramarinos que tenía ”, recuerda Manuel Roldán– y a día de hoy cuenta con 24 empleados, ofrece un producto de gran calidad debidamente certificado y llega a todas partes de España. Se distribuye tanto a través de grandes superficies como en hoteles y otros negocios dedicados a la hostelería.
Ese ‘guiso’ al que hace referencia Manuel es lo que pone la guinda a tan suculento manjar. Si la aloreña ya destacaba de siempre por su sabor y textura, por los olores y aromas, hay algo que ha contribuido de manera fundamental a considerarse un producto realmente espectacular: el aliño. Y es que una vez se han recogido del campo, las olivas se parten y se ponen en salmuera. Tras unos días en un recipiente con agua y sal están listas para aderezar con hinojo, tomillo, ajo y pimiento.
Estas aceitunas se producen en el sureste de la provincia de Málaga, en 19 municipios: Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande, Almogía, Álora, Alozaina, Ardales, El Burgo, Carratraca, Cártama, Casarabonela, Coín, Guaro, Málaga, Monda, Pizarra, Ronda, Tolox, Valle de Abdalajís y Yunquera. Con empresas como Aceitunas Roldán están dando la vuelta al mundo, de tal manera que probablemente en este mismo momento hay personas degustando un plato de aloreñas en lugares tan diferentes a Málaga como pueden ser Japón o Alemania.
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