El aguacate, un fruto subtropical que hace apenas diez años no era demasiado tenido en cuenta en la lista de la compra, que ha ido tomando su lugar hasta hacerse un hueco en las cocinas de casas y restaurantes. Procedente de México y de América central, el árbol de aguacate puede llegar a crecer hasta 20 o 25 metros de alto y a producir alrededor de 120 piezas al año. El árbol solamente puede crecer de forma adecuada en climas cálidos y tropicales.
Su nombre procede de lenguas de los indígenas mexicanos. En algunos lugares de Latinoamérica se le conoce también como palta. En general es de color verde, pero dependiendo de su variedad, origen y grado de maduración puede tener tonalidades cercanas al morado. La pulpa, de color verdoso amarillento claro, es suave y cremosa y tiene un sabor muy agradable. Actualmente, se conocen alrededor de 30 variedades de aguacate. En Málaga, principalmente en la zona de la Axarquía, se cultivan seis: Hass, Fuerte, Pinkerton, Bacon, Reed y Cocktail.
Uno de los atributos más valorados del aguacate son sus propiedades nutricionales, ya que su alto contenido en aceites de origen vegetal y otros compuestos esenciales, lo convierten en un alimento completo y con gran valor alimenticio. A la hora de comprarlo en el mercado, es aconsejable apretarlo levemente y sentir que la pulpa está un poco blanda, lo que indica que está en un momento óptimo de maduración para su consumo. También hay algunas e importantes recomendaciones para conservarlo bien como, por ejemplo, guardar la pulpa junto a la semilla para que no se oxide una vez que lo hemos abierto o añadirle unas gotitas de limón.
El aguacate se ha convertido en un producto muy valorado en la cocina. Se puede usar para elaborar salsas con la que dipear o untar, como en el caso del famoso guacamole que, a pesar de ser un plato esencial en la cocina mexicana, ha ido tomando lugar también en nuestra dieta. Se usa también en ensaladas, en batidos e, incluso, en sopas. Una forma muy fresca de tomarlo y quizás aún algo desconocida es el baticate, una receta originaria de Benamargosa, donde el cultivo del aguacate tiene un papel muy relevante. Para elaborarlo, solo nos basta con aguacates de buena calidad, leche, azúcar, canela molida al gusto y una batidora.
También hay producción de aceite de aguacate para la cocina, antioxidante, rico en fibras y remineralizante, aunque este uso no está extendido en nuestra dieta, sino que más bien está destinado a la cosmética. También la miel de aguacate es un producto poco conocido y relativamente reciente. Se trata de un tipo miel que sorprende por su carácter, ya que es menos dulce que la miel habitual y contiene algunos toques salados.
El aguacate es un fruto que tiene múltiples propiedades medicinales y estéticas. Sus características humectantes, hacen que sea adecuado para nutrir la piel y el cabello. Una crema que contenga aguacate es muy útil para las estrías y el cutis reseco o la psoriasis. Asimismo, está indicado para dolores musculares aplicándolo como cataplasma y para las migrañas si maceramos la semilla en aceite. Su alto contenido en grasas monoinsaturadas lo hacen beneficioso para proteger el corazón y las arterias, ya que combate el colesterol. Como curiosidad, saber que el aguacate tiene fama de afrodisíaco desde los tiempos de los aztecas, que lo llamaban “la fruta de la fertilidad”.