La cereza destaca por ser jugosa, seductora, brillante y, además, estar repleta de sustancias que potencian la salud
Un poco de historia…
Existen frutas con una atracción especial hacia la personas. Ya sea por la belleza de sus árboles, por sus seductoras formas, por sus vivos colores o por ese sabor que nos aleja de lo terrenal. Existen frutas tan ligadas a los ritos y culturas de ciertas civilizaciones que son consideradas como un emblema en el país. Este es el caso de la cereza.
La cereza destaca por ser jugosa, seductora, brillante y estar repleta de sustancias que potencian la salud
Se cree que la cereza es originaria de Asia Menor y que su cultivo proviene de la antigua colonia griega Kerasos, la actual Giresun, en la costa del mar Negro. Su árbol, el cerezo, anuncia el equinoccio de primavera, cuya floración conlleva toda una simbología en los pueblos de Extremo Oriente.
Para los japoneses, el cerezo es un símbolo de belleza y pureza. De hecho, la flor de estos mismo árboles, conocida como Sakura, posee un ideal caballeresco que la convirtió en el emblema de los samuráis. Estos árboles son tan representativos en Japón que se crean fiestas en torno a ellos, como el festival de Hanami, donde familiares y amigos se sientan en rededor de su sombra para disfrutar de un día al aire libre.
Hoy día, el cerezo se ha expandido alrededor del mundo y podemos encontrar este cultivo en países tan diferentes como Turquía, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia y España.
La cereza, propiedades y beneficios
La cereza es el fruto del cerezo (Prunus avium), árbol de la misma familia botánica, la de la Rosáceas, que otras frutas como el melocotón, el albaricoque y la ciruela. Estas cuentan con dos variedades, la Prunus avium, de frutas dulces y color oscuro, y la Prunus cerasus, de frutas más ácidas y color rojo brillante.
La cereza destaca por ser jugosa, seductora, brillante y, además, estar repleta de sustancias que potencian la salud. Por cada 100 gramos de porción comestible, la cereza cuenta con 58 calorías, 13,5 g de hidratos de carbono, 1,5 de de fibra, 260 mg de potasio, 11 mg de magnesio y 16 mg de calcio.
la flor del cerezo, conocida como Sakura, posee un ideal caballeresco que la convirtió en el emblema de los samuráis
Por otro lado, esta fruta es pobre en grasas y proteínas. Sin embargo, destacan la vitamina C (15 mg/100 g), el ácido fólico (14 mcg), el betacaroteno y las vitaminas B1 y B6.
Las cerezas son buenas para combatir el reumatismo y la artritis gracias a su componentes antioxidantes; reducen el riesgo de diabetes; ayudan a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre ; e incluso ayuda a conciliar el sueño, entre muchos otros beneficios para nuestra salud.
Las cerezas en cocina
La forma más común de disfrutar de este fruto es comiéndolo fresco, sin embargo, existen un sin fin de formas diferentes de elaborarlas. Con las cerezas podemos cocinar tartas, mousses, mermeladas, compotas, ensaladas, sopas, etc.
Mucho cuidado al comprarlas, ya que podemos confundirlas con las picotas. Son muy parecidas y podemos “equivocarnos”. Ojalá todas las confusiones fueran así, y es que las picotas son otro manjar. La principal diferenciación entre ambas a simple vista es que las cerezas tienen un rabo largo y fino, mientras que las picotas se comercializan sin el rabo.
Para su perfecta conservación, las cerezas debe estar fuera de la nevera, nunca amontonadas y cubiertas con papel film transparente un máximo de tres días. De esta manera nos aseguraremos de que no pierde sabor ni propiedades.