Málaga y su vino

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Todos ya sabemos que Málaga además de ser una gran provincia, también tiene nombre de vino. El Vino Málaga ha sido reconocido por generaciones a lo largo de la historia y se remonta a la época de los fenicios, que trajeron las primeras Vitis Vinífera. Griegos, romanos y musulmanes continuaron con la elaboración de vinos. Ya en tiempos de los reyes católicos se funda la Hermandad de Viñeros. La historia es amplía y quizá por ello, debemos orgullecernos, aún más si cabe.

El propio Miguel de Cervantes, en su obra el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, no pudo resistirse a nombrar a nuestros vinos: “Era la hora de comer, cuando Sancho con tan fausto motivo llamó la atención de Quijote. Respondíole su amo que por entonces no le hací menester; que comíese él cuanto se le antojase. Con esta licencia se acomodó Sancho lo mejor que pudo sobre su jumento, y sacando de las alforjas lo que en ellas había puesto, iba caminando y comiendo detrás de su amo muy despacio, y de cuando en cuando empinaba la bota con tanto gusto, que le pudiera envidiar el más regalado bodeguero de Málaga”

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El esplendor de los vinos malagueños llega con la revolución industrial y el comercio del Puerto marítimo malagueño, donde se embarca y se hace mundialmente famoso. A finales del Siglo XIX llega la terrible plaga de la filoxera que extermina las viñas de la provincia, siendo Málaga una de la primeras afectadas a nivel nacional. Esto supuso la ruina de muchos agricultores, que después no quisieron saber nada más de la uva y se decidieron por plantar otro tipo de cultivos.

La Denominación de Origen Málaga, una de las más antiguas de España, la forman 67 municipios distribuidos en las subzonas Manilva, Serranía de Ronda, Montes de Málaga, Zona Norte y Axarquía.

Los Vinos que se encuentran amparados dentro de esta DO son los tradicionalmente conocidos como Vinos Málaga, por lo que quedan fuera, los blancos, rosados y tintos, que quedan bajo la DO Sierras de Málaga, de más reciente creación.

Las uvas autorizadas por el Consejo Regulador DO Málaga son Doradilla, Pedro Ximénez, Lairén, Moscatel de Alejandría y Moscatel de grano menudo, como uvas blancas. Todas ellas conocidas y reconocidas también en las provincias que nos rodean. En uva tinta, la autóctona Romé se utilizaba para mezclarla con los vinos blancos, pero en la actualidad se elaboran vinos rosados y tintos, dentro de la DO Sierras de Málaga.

Probablemente, la clasificación de los vinos DO Málaga sea una de las más complejas dentro de las 69 denominaciones que conforman el panorama nacional, ya que pueden ser elaborados como vinos base (Maestro, Tierno y Dulce Natural).

Tradicionales

Los vinos denominados tradicionales pueden elaborarse con crianza biológica, como los famosos finos de Jerez y Montilla-Moriles, aunque en Málaga no pueden utilizar este nombre. Son escasas las bodegas que lo elaboran y su crianza se denomina por el sistema de criaderas y soleras.

Por el contrario, también puede darse la elaboración de vinos por crianza oxidativa. Este último es la respuesta a la eterna pregunta: ¿por qué un vino blanco, elaborado con variedades de uva blanca, tiene un color oscuro? La crianza en madera es la encargada de oscurecer ese vino por oxidación, aunque también influye en este aspecto la pasificación de la uva con la cual lo elaboremos.

La elaboración de vinos dulces ha sido, sin duda, la marca que ha llevado a Málaga a situarse entre los vinos más bebidos en el mundo. La deshidratación de la uva en los paseros elimina parte del agua y concentra todo el azúcar en el resto. Es el denominado “asoleo”. Hasta los mismísimos Zares de Rusia no pudieron resistirse a ellos.

La historia y los conocimientos sobre nuestros vinos son fundamentales para conocerlos mejor, aunque lo más destacable y gratificante son las sensaciones con las cuales disfrutamos de ellos. La gran variedad de vinos y sus diferentes métodos de elaboración nos dan un abanico de posibilidades para todos los gustos. Además, no sólo para disfrutarlos en aperitivos, postres o comidas, también son especialmente indicados para la coctelería, con una tendencia en los últimos años de rescatar esos aromas y sabores de antaño y la modernidad de la coctelería actual.

Los vinos secos con o sin crianza biológica se muestran con un color amarillo o ambarinos, según lo viejos que sean. En boca son secos, redondos y potentes, con aroma penetrante, punzantes, de levaduras y con toques a camomila (sólo los de crianza biológica).

Los vinos de licor son aquellos mostos parcialmente fermentados a los que se añade alcohol vínico para su elaboración antes o durante la fermentación. Entre ellos se encuentra los vinos base “Maestro”, “Tierno “y “Dulce Natural”. Además, pueden ser dulces o secos.

Los vinos de licor dulce son son limpios y brillantes en la fase visual de la cata, con nariz intensa y alcohol notable. En la boca, son potentes en su entrada, dulces y persistentes con algo de acidez.

Los vinos de licor seco son limpios y brillantes a la vista. En fase olfativa son intensos con aromas unidos al alcohol. En boca son secos, aunque en ocasiones pueden darnos un toque dulce por el alcohol, con una larga persistencia y acidez equilibrada.

Los vinos de uva pasificada son especialmente muy limpios, brillantes, de amarillos pálido a dorados, teniendo, ademaromas característicos a la variedad, aromas a pasificación, equilibrio acido-dulce, aromático y persistente en el paladar.                                                                                                           

También podemos encontrarnos con vinos de uvas sobremaduras, cuyo fin es el de concentrar el mayor azúcar posible antes de vendimiar. Estos vinos son limpios, brillantes de un amarillo pálido o dorado. En nariz se muestran muy aromáticos y finos. Sus sabores son equilibrados en acidez y dulzor, son frescos y vivos y entre ellos podemos encontrar los “naturalmente Dulce”. Los vinos de la DO Málaga también se pueden clasificar por su crianza y por su color, dependiendo del “arrope” (mosto concentrado) que se le añada. No hay que olvidar algunos de los nombres que reciben según elaboración como “Pajarete”,” Lagrima” y “Vendimia Asoleada“, o bien por su variedad: “Pedro Ximenez” o “Pedrito “y “Moscatel”.

Por último, destacar que los vinos de Málaga son conocidos tradicionalmente como vinos “Igualados o de Mezcla”.

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