Hace ya muchos años comenzó a multiplicarse el número de restaurantes, tabernas, tascas, aparecieron multitud de nuevos gastrobares y negocios basados en la co-cina de fusión. Los centros históricos de la mayoría de las capitales han incorporado nuevos locales de hostelería y algunos sobreviven pasado un tiempo pero somos testigos de cómo otros terminan cerrando y abriendo un nuevo bar en ese mismo local.
La apertura de un restaurante requiere, no sólo de conocimientos empresariales, sino también de un aprendizaje sobre el mundo de la hostelería: la complejidad de la cocina y también de la sala. Algunos negocios, pese a contar con esa formación y experiencia, precisan asesoramiento externo por parte de profesionales en ocasiones. Por tanto, establecimiento hostelero, cuyo dueño carezca de esa base formativa o de esa experiencia en el mundo de la restauración, necesitará antes que tarde, la ayuda de las llamadas consultoras gastronómicas. En Motril, en la provincia de Granada, hace ya 2 años que surgió ALATAQUECHEF, una consultora gastronómica que lidera Álvaro García, de restaurante El Zarcillo, un establecimiento gourmet ubicado también en Motril.
Álvaro se formó en hostelería en la Escuela Sol Meliá y cumplió su sueño de montar su propio negocio y dedi-carse al mundo empresarial. Nos explica que “las empresas de hostelería se enfrentan a decisiones importantes sobre qué vender, cuándo vender, a quién vender y por cuánto. En ALATAQUECHEF Consultoría implantamos estrategias, teniendo en cuenta el análisis de datos, protocolo de operaciones, comportamiento del mercado y tu fuerza de ventas. De esta forma podemos crear, rediseñar o mejorar tu oferta gastronómica teniendo en cuenta el comportamiento del consumidor”.
Los servicios más destacados que dan a los clientes en una consultora gastronómica son de consultoría, Tpv, planificación, organización de personal, diseño de cartas y formación …etc. En las consultoras se asesora desde cero, se puede realizar el trabajo para pequeños detalles o áreas determinadas o bien se puede dar un servicio global y por supuesto, personalizado. Este chef y empresario sostiene que el negocio en este sector está creciendo y que “hace falta que la gente se dé cuenta de que esos servicios que ofrecen las consultoras hay que pagarlos ya que hay muchos que han invertido en hostelería sin conocimientos y necesitan ayuda real porque están poniendo en riesgo su inversión”.
En ese sentido, Álvaro señala que los problemas comienzan cuando su facturación disminuye y ven que algo falla. Normalmente acuden a una consultora cuando ya no tienen dinero “pero tampoco pueden pagar lo que les ofrecemos para solucionar el problema. La garantía de nuestro éxito depende mucho del propietario, de que quiera implicarse. A veces, no te dejan ayudarles y ellos mismos son un obstáculo para la mejora de su negocio”, sostiene. A juicio de Álvaro, La formación la tiene que tener el propietario y no alguien ajeno que contrate a un cocinero y a un jefe sala. Ahí es cuando vienen las catástrofes”, afirma.