El sector agroalimentario evoluciona y, como impulsoras de esta innovación, se encuentran sus nuevas tendencias. Como en todo sector, con el paso del tiempo van apareciendo nuevas modas y tendencias que no hacen sino modificar el curso lineal en las formas de producción, distribución y empleo de los mecanismos que hacen funcionar la maquinaria de trabajo. Además, estos mismos cambios también repercuten en el consumidor y su forma de entender el mundo agro. En el sector agroalimentario, la tendencia ecológica viene pisando fuerte y, de entre todas sus modas, son tres las que se destacan a continuación:
INOCUIDAD ALIMENTARIA
Cuando la persona, como consumidor, se acerca al mercado, al supermercado o a su tienda de alimentación habitual, lo que busca es comprar productos seguros y de calidad. Los alimentos buenos e inocuos son la base de una dieta nutritiva. Cuando se habla de la inocuidad de los alimentos, esta se refiere a la completa ausencia, o niveles muy seguros y aceptables, de peligros que puedan dañar la salud de estos consumidores.
Los principales peligros transmitidos por los alimentos pueden ser de naturaleza microbiológica, química o física: estos son bacterias, virus o residuos de pesticidas, entre otros. En cuanto al punto de vista productivo del sector, esta inocuidad tiene un papel fundamental para garantizar alimentos seguros en cada etapa de la cadena alimentaria, desde su producción hasta la cosecha, el procesamiento, el almacenamiento, la distribución, la preparación y el consumo.
Los dos organismos al mando de la prevención y constatación de alimentos inocuos son la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y la Organización Mundial de la Salud (OMS). La primera aborda los problemas de inocuidad de los alimentos a lo largo de la cadena de producción de alimentos, mientras que la segunda supervisa y mantiene relaciones sólidas con el sector de salud pública.
Pero, ¿cómo se controla y apoya la inocuidad de los productos? La FAO ha adoptado ciertas medidas cómo: fortalecer los sistemas nacionales de control regulatorio de alimentos; trabajar con productores locales de alimentos para desarrollar medidas para prevenir o minimizar los riesgos de inocuidad de alimentos y piensos; contribuir a la inteligencia de la cadena alimentaria y la previsión en temas de regulación de alimentos; o facilitar el acceso a la información a través de plataformas, bases de datos y herramientas sobre este tema, entre otros.
CONTRA LOS ALIMENTOS PROCESADOS
La continua lucha contra los alimentos procesados sigue siendo una de las modas más recurrentes en la tendencia ecológica en el sector agro. Un alimento procesado es aquel que ha sido cambiado deliberadamente antes de ser consumido. Estos alimentos son los principales señalados cuando hablamos de problemas de salud tales como la obesidad, la presión arterial alta o la diabetes tipo 2. Esto se debe a que están cargados de calorías adicionales, químicos y peligrosos aditivos. Sin embargo, existen diferentes formas de acabar con los alimentos procesados y apostar por un producto fresco.
Los consejos que se dan a continuación posiblemente sean un gran punto de partida para seguir con la lucha: El primer consejo es que se debe cocinar en casa siempre que se pueda, incluso comiendo fuera. Preparando la comida en casa podremos huir de los productos envasados, los polvos instantáneos y la comida rápida. El segundo consejo es apostar por el producto local. Aunque los procesados y ultraprocesados están en todas partes, en los comercios locales será más fácil encontrar productos frescos. Los supermercados, a pesar de contar con sus propios puestos de carnicería, pescadería y frutería, suelen ser más propensos a publicitar productos procesados.
El tercer consejo es leer las etiquetas. Cuantos más ingredientes tenga el producto, más opciones de ser un alimento procesado. Por último, se debe tener en cuenta que no todos los alimentos procesados son perjudiciales para la salud. Existen muchos productos que nos portarán nutrientes necesarios a pesar de haber sido manipulados previamente a su consumo. Algunos ejemplos claros son los panes integrales, las legumbres en bote o congeladas, las harinas de legumbre o de frutos secos, pastas integrales, frutas o verduras envasadas, entre otros.
EMPRENDER DESDE LA INNOVACIÓN ECOLÓGICA
La tendencia ecológica está en pleno auge, y no son pocas las personas que han decidido emprender desde la moda de la producción eco en sus productos. La moda emprendedora también ha llegado al sector agroalimentario, y son muchas las empresas que ha comenzado a lanzar productos puramente ecológicos o elaborados a partir de los insumos propios de la tierra. Si hablamos de emprendimiento ecológico, podemos hablar de Ginevia, la primera ginebra del mercado destilada con hojas naturales de Stevia.
Esta es un pequeño arbusto herbáceo que no suele sobrepasar los 80 centímetros de alto, de hoja perenne, y de la familia del crisantemo. Se utiliza como edulcorante natural, posee multitud de propiedades beneficiosas para la salud, no aporta calorías, es apta para diabéticos, reduce el ardor, ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre y baja la tensión, entre otros beneficios.
Esta ginebra está elaborada a partir de botánicos cuidadosamente seleccionados, donde el toque de Stevia le otorga un dulzor natural agradable al paladar. Como pilar básico en esta moda de emprender ecológicamente se encuentra el respeto por la tierra y su sostenibilidad, huyendo de la explotación, los pesticidas y demás productos nocivos para el cultivo. Además, los procesos, desde la plantación y recolección, hasta el transporte y envasado, deben ser propensos a la sostenibilidad ecológica del planeta.