“Producto, técnica y conocimiento de la receta, ese es nuestro éxito”
En antaño, se precisaba gran destreza para sacar el copo totalmente de la mar. Cuando de madrugada se sacaba el copo en las playas malagueñas coincidiendo con los primeros rayos de la salida del sol, una cuadrilla de pescadores lanzaba una red a pocos metros del rebalaje, donde otra cuadrilla de “marengos” tiraba con el esfuerzo de sus hombros y con la “tralla” de la red hacia la playa. Mientras tanto, los boquerones victorianos saltaban sobre el agua del mar, recordando al color de la plata más pura. Ahí es donde se inspiró el fundador de “La Plata”, el abuelo de Marcos Gálvez, para ponerle nombre a este restaurante ubicado en las playa de Benajarafe.
¿Cuál es el origen de La Plata Casa Matilde?
Mi abuelo, Evaristo Montosa Martín, fundó “La Plata” hace 40 años como un tradicional merendero, con las ideas de aquél tiempo del pescaíto, un negocio que sólo estaba abierto al público en temporada de verano. Nosotros después pasamos a ser co-propietarios y luego nos hacemos con el cien por cien de la propiedad, hace 20 años, comenzando con otra filosofía, la de abrir todo el año. Hubo un cambio, tanto en el servicio como en la calidad de la comida. Este restaurante es meramente familiar.
¿Cómo fueron los comienzos de ese nuevo rumbo?
Aquí trabajamos cuatro hermanos y estamos al frente dos de nosotros, que hemos sido formados en “La Cónsula”. Cuando nos hicimos con la propiedad, mi padre quiso cambiar el nombre para dar a conocer entre el público un cambio de propietario, de gestión y dirección. Nosotros no se lo quisimos cambiar por ser sentimentales. Ahora nos alegramos de no haberlo hecho porque es un símil, mantenemos el sabor tradicional y de antaño de nuestros platos con el nombre “La Plata” y el toque nuevo con el nombre de “Casa Matilde”.
¿Cuál ha sido la receta del éxito?
Mi madre está en la cocina, es el alma mater de la cocina tradicional, y mi hermana Rocío, que está formada en La Cónsula, es la que le da un toque más profesional. Mi madre dice siempre que “a la cocina no se le puede meter prisa, porque hay que darle paciencia y cariño” y mi hermana le dice que “además, tiene que haber coordinación para que las comandas salgan en su momento”. Mi padre siempre dice que “los negocios no se levantan si no se les pone el cariño y la pasión por el cliente”. Para nosotros, que hemos seguido esa línea, ha sido nuestro éxito. Tenemos como tendencia adaptarnos al cliente, escuchamos sus demandas, porque pueden ser la novedad del momento. No te lo puedes creer, siempre hay que estar trabajando con las inquietudes de la demanda del público. Como verás establecimiento familiar y en el que trabajamos en equipo (risas).
¿Cuál es la seña de identidad de La Plata?
Intentamos que sea siempre el cariño y la cocina casera, con un toque de presentación y originalidad, haciendo que prevalezca lo casero y natural, pero con combinación y toques de actualidad. Conservar los sabores de antaño con un toque actual. Los sabores van evolucionando, nosotros mantenemos ese sabor tradicional con las técnicas de hoy en día, combinando nuevos ingredientes que mejoran los platos. Nosotros buscamos la máxima calidad con la mejor forma de ser. Cuando ves recetas antiguas piensas a esta receta le aportaría esta técnica, porque a mi parecer va a quedar mucho mejor. La suma del mejor producto, con la mejor técnica y el conocimiento de la receta ha sido nuestro éxito de cara al cliente.
¿Qué van a encontrar los clientes que vayan a vuestro restaurante?
El cliente cuando llega a “La Plata – Casa Matilde” se encuentra con un marco inconfundible, ya que estamos en primera línea de playa, en un lugar muy virgen y con mucha amplitud. Es un lugar muy tranquilo, donde los clientes suelen venir habitualmente y el trato que les damos es de buena acogida. Nosotros intentamos ofrecer a nuestros clientes algo original, darle valor al producto de temporada y no hacer lo siempre.
¿Crees que en los últimos años hay una evolución en cuanto a la formación en la prestación de servicios de hostelería y gastronómicos?
Yo tengo clarísimo que sí, aunque tenemos muchas carencias y queda por aportar. En mi caso, además de haber sido alumno de La Cónsula, soy empresario al mismo tiempo que trabajador, porque me gusta servir las mesas, el trato con el cliente… Estoy a medio camino entre el cliente y el trabajador y sigo viendo que falta gente formada y que cuesta mucho encontrar a personal cualificado en esta materia. Boquerones, calamares, sardinas hay en muchos establecimientos, pero que lo presenten de forma diferente o te trinchen un pescado a la sal, eso es menos común. Y precisamente es eso lo que nos hace ser más diferentes al resto aquí en La Plata.