Llega el otoño, pero el calor ha decidido no marcharse por ahora. Y aunque se fuera, existen un montón de formas de disfrutar de un verano sin fin. Una de ellas podría ser gozar de una buena bebida fría, bien elaborada y con un montón de sabores y aromas que se mezclan en nuestro paladar. Hablamos, como no podía ser de otra manera, del cóctel. Y esta vez de uno con un conjunto de ingredientes muy especiales, el cóctel con fruta subtropical.
Granada es una ciudad con mar y montaña, de gran tradición gastronómica y con apuestas culinarias de muy diferentes estilos. Además, con un clima tan especial, los profesionales del sector consiguen crear cultivos muy diferentes dependiendo de la zona de la provincia en la que se encuentren.
Sin embargo, siendo conocida como la Costa subtropical, Granada se ha convertido en menos de una década en la segunda provincia andaluza con mayor índice exportador de frutas subtropicales. Pero no solo sacan partido con las exportaciones, evidentemente.
Su consumo en la provincia es muy destacado, y su uso en cocina está a la orden del día. Así que, si lo que queríamos era convencernos de que el verano no se va a acabar jamás, crear un cóctel con este tipo de frutas es una magnífica idea. Frutas como, por ejemplo, la chirimoya.
Este producto subtropical, típico de la cota granadina, cuenta con una serie de beneficios para nuestro organismo que la hacen irresistible, como por ejemplo fortalecer nuestro sistema digestivo con su vitamina B6, prever enfermedades como el cáncer gracias a sus hojas, muy ricas en acetogenias; y llenarnos de energía considerándose una fruta alta en hidratos y calorías.
Y si no que le pregunten a Merche Lara, coctelera en Ruta de la Seda y creadora de Chirilate.
Merche Lara, licenciada en la facultad de Derecho, decidió dejar a un lado su faceta jurídica para dedicarse enteramente al mundo de la gastronomía líquida. Localizado en Granada, su centro de operaciones cocteleras se halla en el local conocido como Ruta de la Seda “Ethnical chillout”, empresa que decidió crear junto a su hermano. Desde entonces, Merche dedica su tiempo a elaborar cócteles con un estilo muy personal, mimando cada detalle.
Una de sus últimas creaciones, la cual ha querido compartir con todos nosotros, llega bajo el nombre de Chirilate. Este es un cóctel cuyos dos ingredientes principales son la chirimoya, como toque subtropical, y el chocolate, antidepresivo natural, además de ser un alimento natural con propiedades que ayudan a fortalecer en corazón y que, gracias a su poder antioxidante y su capacidad saciadora, ayuda a bajar de peso.
Pero, ¿por qué ha decidido elaborar un cóctel con estos productos? Merche nos cuenta que “es una fruta de temporada (chirimoya), 100% granadina, y que nos representa muchísimo en el resto de España, considerándose un producto de la Costa tropical”:
Los principales ingredientes del cóctel Chirilate son ginebra Gin-Zarí, chirimoya, chocolate blanco y Grand Marnier, un estilo de coñac con toque a naranja.
Receta y elaboración del cóctel Chiralate
La receta de este cóctel se basa casi en su totalidad en productos granadinos, haciendo uso de frutas subtropicales y el dulzor de un ingrediente tan deseado como es el chocolate. Para elaborarlo se necesitará la cantidad exacta de los ingredientes que se presentan a continuación, siendo una onza el equivalente a 30 mililitros: 1,5 oz de ginebra Gin-Zarí, 1,5 oz de la pulpa de la chirimoya, 1 oz de chocolate blanco,1 oz de Grand Marnier y varias hojas de albahaca.
- Paso 1. Hacemos el sirope de chocolate blanco. Puede usarse uno ya elaborado o crear uno casero echando un vaso y medio de agua, un vaso y medio de azúcar y una tableta de chocolate blanco en un recipiente y llevarlo a ebullición.
- Paso 2. Pulpa de chirimoya. Para conseguirla, solo debemos deshuesada y triturada con un chorrito de limón
- Paso 3. La combinación. Se deben mezclar todos los ingredientes junto con las hojas de albahaca. Hay que depositar un par de ellas en la coctelera con dos o tres hielos y agitarlo.
- Paso 4. Adornar. Ponemos una hoja de albahaca por encima y, con un cuerdecita de cáñamo, atamos al tallo de la copa la flor que más nos guste. ¡Cóctel listo!
Acabado el verano o no, el otoño se presenta maravilloso con propuestas gastronómicas líquidas como esta.