Amanece. Suena el despertador en plena ciudad, o canta el gallo en la Axarquía. Sale el sol por Antequera. Llega el momento de la comida más importante del día: el cuerpo lleva varias horas sin ingerir alimentos y, aunque parezca extraño, se empieza a engordar. El metabolismo baja, la insulina decrece y la energía empieza a transformarse en grasa. Hay que desayunar. El hambre aprieta. Grasas saludables, azúcares naturales, proteínas, hidratos… Hay un cóctel malagueño, ‘boquerón’, para el innegociable desayuno: productos naturales de la huerta axárquica, elaboraciones cuya receta aún encierran secretos que no se dicen ni a los mejores amigos, quesos artesanales de leche de cabra autóctona y el oro líquido que es el aceite de oliva… Toda una liturgia a mesa y mantel, bien temprano.
La proporción aúrea del desayuno está formada por la fibra, los hidratos, las proteínas y las grasas saludables. O lo que es lo mismo: pan, queso, fruta, leche, aceite, tomate o aguacate, por ejemplo. María Rojo, creadora de la Chatidieta, aporta la solución perfecta y la más sencilla de todas: hay que consumir todos los grupos de alimentos en su versión más sana. ¿Pero cómo adaptamos esto a la oferta de productos malagueños? Fácil. Un buen desayuno equilibrado está compuesto por un buen zumo de naranjas de las huertas del Guadalhorce, que aporte la cantidad de hidratos necesarios para que el déficit de energía no sea un problema hasta el almuerzo. Para las proteínas recurrimos al queso blanco de cabra malagueña, una raza autóctona de la que hay censadas 200.000 cabezas en la provincia. Es la especie más lechera de toda la cabaña nacional y su desarrollo industrial debe verse coronado en breve tiempo con la consecución de la denominación de origen ‘Quesos de Málaga’ por la que tanto trabajan alrededor de veinte queserías artesanales desde hace más de una década.
Pan: fuente de hidratos y fibra
A los azúcares naturales del café y la leche se suma el pan, igualmente fuente de hidratos y fibra, que es la base, además, del disfrute sensorial del desayuno por cuanto ofrece posibilidades infinitas para su acompañamiento. Una buena rebanada de pan cateto o de mollete de Antequera se puede coronar con la joya de la corona de la producción agroalimentaria malagueña, el aceite de oliva virgen extra, cuya calidad general incluye hitos como el conocido Finca La Torre, de Bobadilla, considerado durante varios años el mejor caldo de toda España por el Ministerio de Agricultura, Allimentación y Medio Ambiente.
Pero hay más. Lejos de ser una moda, el aguacate se impone como fuente de grasa saludable en los desayunos malagueños, como recuerda la creadora de la Chatidieta. Este fruto subtropical, cultivado en el inmejorable clima axárquico, conforma una excelente manera de cuidar la salud desde el inicio del día.
El desayuno ‘boquerón’ es polifacético. No podemos olvidar las tortas de Algarrobo, de las que Tortas Lupiáñez comercializa una versión de gran calidad; ni de los churros, aunque estos deban tener menor presencia en la liturgia de cada mañana. La influencia de la gastroomía no sólo alcanza a los almuerzos y a las cenas; es posible ser un ‘gourmet’ también en el desayuno. Y en la provincia de Málaga, además, es fácil. Buen provecho.