Jordi Tapas: el valor de los sabores caseros

En Torre del Mar, el buen tapeo exige una parada en Jordi Tapas, todo un referente entre la oferta hostelera de la localidad que no necesita recetas innovadoras ni presentaciones ostentosas para atraer y convencer a sus clientes. Los platos tradicionales preparados con el esmero propio de la cocina casera son su principal reclamo desde hace más de veinte años. Entre ellos, las tapas que preparan diariamente ocupan un lugar destacado y los números lo corroboran: el año pasado sirvieron 51.400, según indica Alejandro Mateos, hijo del fundador Jorge Mateos, quien ha tomado el relevo en la gestión del negocio familiar, situado en la calle Azucarera. 

Una amplia selección de vinos, una de las más completas de la zona, eleva la experiencia en Jordi Tapas. En ella destaca una gran variedad de referencias malagueñas, además de contar con las principales denominaciones de origen del país. Empezar tomando una tapa para acompañar una bebida y alargar la parada degustando otros platos hasta hacer una comida completa es casi un ritual entre quienes visitan Jordi Tapas. 

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Sus tapas enganchan, reconoce Alejandro. Entre ellas, las patatas bravas son indispensables, es un plato estrella. Su secreto no está en la salsa, aunque se resiste a compartir la fórmula, sino en los «detalles», como él mismo explica: escoger buenas patatas, llevarlas al punto justo de cocción e insistir en mejorar el sabor. Alejandro lo llama «el toque».

De la extensa selección de tapas que ofrecen, Alejandro destaca también los pinchitos morunos, que ellos mismos aliñan. O el pinchito de gambas, o la indispensable ensaladilla rusa o las hamburguesitas de cerdo o ternera. Elegir es complicado. Recientemente han incorporado los torreznos y en poco más de un año se ha convertido en una de las raciones preferidas de los clientes habituales. Su oferta fuera de carta es reducida porque la variedad que ofrecen de forma fija consume casi todo su tiempo y dedicación. Algunos días sorprenden con alguna propuesta puntual que agotan enseguida. Ocurrió hace unos días con una carrillada ibérica con salsa que puede tardar un mes en volver a salir de su cocina.

Platos especiales

No obstante, hay varios platos especiales que ofrecen una vez a la semana con mucho éxito. Del puchero de los lunes nunca sobra ni una cucharada y para probarlo es indispensable hacer una reserva. Incluso cuando suben las temperaturas los clientes buscan el calor de este guiso. Cada viernes también son muy esperados los callos, que ellos adaptan al gusto local añadiendo garbanzos. Los miércoles se reservan para las tortillas y elaboran varias con ingredientes diferentes. El sábado es el día de la paella que, en su caso, preparan con carne. Jordi Tapas no conoce la estacionalidad, ni en la afluencia de comensales ni en su propuesta. Sus platos son bien recibidos todo el año aunque en los meses de verano predominan lo más frescos como las ensaladas, el salmorejo, el carpaccio, la pipirrana o las ensaladillas frías con patata típicas de la comarca axárquica.

Una mejora impulsada por Alejandro fue la reforma de la cocina hace un año. La transformación ha sido radical, con cambios en la distribución y la sustitución de la maquinaria por otra más eficiente. «Nos ha facilitado mucho el trabajo. Nos ha ayudado a trabajar mejor y ser más rápidos». Un cambio necesario para seguir siendo uno de los lugares favoritos para tapear en Torre del Mar.   ■

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