La versatilidad de la morcilla en la cocina

La morcilla es un embutido a base de sangre coagulada y cocida, generalmente de cerdo, y de color caoba oscuro. Suele mezclarse con grasa de cerdo y, además, contiene algún otro ingrediente no cárnico para aumentar su volumen. Normalmente suele ser arroz, miga de pan o cebolla. ¿Quieres saber algunos platos que podemos preparar con este embutido?

Croquetas de morcilla
Para ello necesitamos una morcilla ibérica grande de unos 200 gramos, unos cuantos piñones, media cebolla, tres cucharadas soperas de harina, sal, pimienta, nuez moscada, 250 ml de leche, un vaso de caldo de carne. Elaboramos normalmente una salsa bechamel a la que añadiremos posteriormente la morcilla y la cebolla que habremos troceado y pasado por la sartén para freír.

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Calabaza con morcilla
Es un plato de contraste por el dulzor de la calabaza y la morcilla aparte. Los ingredientes son sencillos: a 500 gramos de calabaza de las redondas (son mejores para freír) le agregamos aceite de oliva virgen extra, comino y orégano, laurel, ajos, un chorrito de vinagre y sal, además de una morcilla de Canillas de Aceituno. Primero freímos los ajos y la morcilla y los reservamos. En la misma sartén freímos la calabaza y el resto de ingredientes a fuego medio. Cuando ya esté lista, vertemos por encima la morcilla con los ajos y servimos acompañado de pan frito.


Morcilla a la plancha
Es algo muy sencillo. Simplemente cortamos la morcilla en rodajas y las ponemos en la plancha sobre una base de aceite de oliva. Esperamos unos 5 o 6 minutos para que se haga un poco y servimos. Potaje de hinojos con morcilla Vamos a necesitar 500 gramos de judías blancas, otros 500 gramos de hinojo, dos zanahorias, un puñado de arroz, 1 tomate grande, 4 dientes de ajo, un trozo de tocino ibérico, 1 morcilla carrillera, 250 gramos de costilla de cerdo, dos pimientos, aceite de oliva virgen extra, comino, clavo, pimienta y sal. Primero hacemos un sofrito con el aceite, el ajo picado, el tomate pelado y troceado y los pimientos picados. Cuando esté lo ponemos en una olla junto con el resto de ingredientes, excepto la morcilla. Cocemos a fuego lento alrededor de una hora (hasta que las judías queden tiernas) y, cinco minutos antes, ponemos la morcilla.


Alubias con morcilla
Lo primero que tenemos que hacer es dejar las alubias en remojo con agua fría el día anterior. Pelamos y partimos unos cuentos ajos, una cebolla y un puerro y echamos todo en una cazuela junto a las alubias. Cocemos durante una hora. En otra cazuela colocamos la morcilla, el chorizo y el tocino y cubrimos con agua. Llevamos a ebullición y cocemos 10 minutos a fuego medio. Después lo mezclamos con las alubias. cocemos todo junto durante 1 hora a fuego lento hasta que las alubias
estén tiernas.

Canelones de espinacas, morcilla y piñones
Cocemos las placas de canelones en agua salada y las escurrimos sobre un paño de cocina. Lavamos las espinacas y las cocemos 5 minutos. Derretimos la mantequilla a fuego suave e incorporamos la harina para tostarla ligeramente, mientras removemos. Después añadimos la leche y cocemos durante 10 minutos, removiendo continuamente, hasta que espese. Posteriormente salpimentamos y agregamos una pizca de nuez moscada. Aparte, en una cazuela ponemos 2 cucharadas de aceite y
añadimos la cebolla y la sofreímos a fuego suave durante 5 minutos. Quitamos la piel de la morcilla, la troceamos y agregamos a la cazuela con los piñones. incorporamos después las espinacas y 4 cucharadas de salsa de tomate. Después rellenamos los canelones con esta mezcla, los cubrimos con bechamel y horneamos durante 10 minutos para gratinar.


Callos
Ponemos los callos en agua fría y les agregamos vinagre y sal. Hay que aclararlos varias veces. Los vertemos en una olla con agua abundante y los llevamos a ebullición. En ese punto, quitamos el agua y añadimos la morcilla, la cabeza de ajos, dos hojas de laurel, los granos de pimienta y una guindilla. Echamos vino y agua. Hervimos, bajamos el fuego y cocemos durante dos horas. Después le echamos, ya picado, una cebolla y dos ajos; un puerro y una zanahoria, pimentón y chorizos. Por
otro lado, diluimos harina en cuatro cucharadas de caldo de cocción y vertemos sobre los callos. Volvemos a cocinar a fuego lento durante una hora. Lo ideal es que este plato repose durante unas 24 horas antes de degustarlo.


Pimientos del piquillo rellenos de morcilla y patata
Primero debemos confitar los pimientos del piquillo a fuego muy suave con aceite de oliva y retirarlos con una espumadera. Pelamos y picamos una cebolleta y varios ajos que sofreímos a fuego lento. Después de desmenuzar la morcilla, la incorporamos a lo anterior. Por otro lado, preparamos un puré de patatas tradicional que mezclamos con la mezcla de morcilla. Cuando haya enriado rellenamos los pimientos del piquillo y horneamos a 180 ºC durante unos diez minutos.

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