La Semana Santa española se celebra con incienso, saetas… y un recetario que guarda siglos de historia. Desde dulces con alma hasta platos de vigilia, la gastronomía de esta época es un mapa emocional que une fe, tradición y sabor. A lo largo y ancho del país, cada región ha forjado sus propias costumbres culinarias para estos días de recogimiento, donde la ausencia de carne avivó la creatividad popular. Aquí te invitamos a descubrir siete delicias imprescindibles…
Potaje de vigilia: garbanzos, espinacas y fe
Este guiso humilde reúne garbanzos, espinacas y bacalao, ingredientes comunes en la cocina cuaresmal. En Andalucía oriental se le añade huevo duro picado y pimientos secos. En Castilla, el secreto está en el sofrito. Un plato que reúne a la familia y respeta el espíritu de la vigilia.
Bacalao: del Atlántico al plato con mil nombres
Rey indiscutible del menú cuaresmal, el bacalao se presenta de mil formas. En Vizcaya se sirve al pil-pil; en León, rebozado; en Málaga, en tortillitas crujientes con cebolla y perejil. También lo encontrarás en buñuelos, croquetas o guisos que huelen a Viernes Santo.
Pestiños y leche frita: dulces con acento andaluz y castellano
En los obradores andaluces, los pestiños se fríen en aceite de oliva y se bañan en miel o azúcar. Su aroma de ajonjolí y anís es puro recuerdo. La leche frita, en cambio, es más popular en el norte y centro: una crema cuajada, empanada y frita que se derrite en la boca.
Torrijas: el pan que se transforma en memoria
Nacidas de la necesidad y convertidas en ícono, las torrijas son el postre estrella de la Semana Santa. Pan duro empapado en leche o vino, rebozado y frito, coronado con azúcar y canela. En Andalucía se sirven con miel, en Madrid con azúcar glas y en el norte incluso se bañan en crema o chocolate. ¿Modernas? Sí. ¿Intocables? También.
Mona de Pascua: la tradición que se come
Originaria de Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia, la mona de Pascua es una obra de arte dulce. Tradicionalmente se elaboraba con huevos cocidos, aunque hoy las pastelerías se esmeran en figuras de chocolate. Un regalo para ahijados… y un espectáculo para todos.
Hornazo: el fin de la abstinencia, con chorizo
Aunque se consume tras la Pascua, el hornazo salmantino merece su lugar en esta ruta. Una empanada gruesa rellena de lomo, huevo duro y embutidos, símbolo del regreso a la carne tras la abstinencia cuaresmal. Ideal para picnics y fiestas populares como el Lunes de Aguas.
Cazuela de fideos con almejas: mar y montaña andaluces
En Cádiz y Huelva, la tradición marinera se impone con esta cazuela de fideos gordos, almejas y caldo de pescado. Ligera pero reconfortante, es una alternativa brillante para quienes buscan platos sin carne que sepan a mar y a hogar.
Una semana para saborear España
La Semana Santa es también una oportunidad para redescubrir la riqueza gastronómica de nuestro país. Desde conventos hasta tabernas, desde abuelas hasta chefs creativos, los sabores de estas fechas siguen vivos, hablándonos de historia, creencias y comunidad. Porque la fe también entra por el paladar.