¿Sabías que España es el primer país del mundo en extensión de viñedo? El 50 por ciento de la superficie de viñedo que hay repartido por el mundo está acaparado sólo por cinco países, y España es el que mayor número de hectáreas posee, en total algo más de un millón, unas cifras que nos invitan a pensar en lo importante que es el cultivo de la vid para el sector agroalimentario, pero ¿qué diferencia hay entre las uvas que proceden de la “Vitis vinífera”? Pues depende de su forma de cultivarlas, de la época en la que hayan madurado, el espesor del hollejo, el tamaño del grano, entre otras cuestiones. Todas ellas determinarán si una uva es adecuada para la vinificación, para que se convierta en pasa o para consumir en mesa.
· Uvas de vinificación. Que una uva nos sirva o no para hacer vino, aun procediendo de la “Vitis vinífera”, depende de algunos requisitos morfológicos como el clima, la temperatura, las lluvias e, incluso, el viento. La uva usada para producir vino no debe tener un grano de un calibre prominente. Las pepitas influirán en el proceso de vinificación.
· Uvas de mesa. Son variedades de clima suave, muy extendidas en la zona mediterránea. De granos prominentes, poca pepita y cultivada principalmente en forma de parra, lo que las protege del sol. Su pulpa compacta es deliciosa.
Uvas pasas. Muy populares y apreciadas las que proceden de la zona de la Axarquía, donde secan al aire libre mediante la técnica del asoleo. Esto hace que aumente la concentración en azúcar, lo que le confieren sabor y longevidad. Para conseguir unas pasas de calidad, la uva deber tener una acidez baja.