Acabamos de estrenar estación y Liceo Playa ya calienta motores de cara a la nueva temporada. Tras un verano que no ha defraudado, con el establecimiento lleno hasta la bandera y un ritmo de actividad similar al que se vivía antes de la pandemia, el lounge bar prepara su programación gastronómica para los próximos meses.
Este mismo viernes vuelve a Liceo Playa el Club de la Cuchara, una iniciativa que Álvaro Saura, jefe de cocina del local, ideó hace más de una década y que se prolongará hasta el mes de mayo. Se trata de un menú degustación que consta de cuatro entradas de cocina creativa que dan paso al plato de cuchara tradicional, que se elabora con productos de todo el territorio nacional, y culmina con un postre. Incluye dos bebidas y el precio es de 28,50 euros.
Para las entradas, el chef plantea un recorrido por distintos rincones del mundo donde influyen sus propias experiencias viajeras, siempre apostando por el producto de temporada. Así, este viernes Liceo Playa hace un guiño al mango de la Axarquía, elaborando un ajoblanco de mango con kabayaki. Otras propuestas del menú, que varía todas las semanas, son el uramaki de cangrejo, el tiradito de buey gallego con reducción en su jugo y espuma de foie o su versión de la ostra Rockefeller. “Intentamos que sean entradas lo más creativas posibles, cuidando los sabores y tratando de sorprender al cliente”, explica Álvaro Saura.
Entre los platos que dan nombre al club se encuentran el gazpachuelo marengo, la cazuela de rape y los guisos de legumbres, como los judiones de la granja con manitas o las lentejas con foie y boletus. También en los postres se apuesta por los productos de la tierra, como ocurre con el juego de texturas y sabores de mango y chocolate blanco.
Además de la vuelta del Club de la Cuchara, Liceo Playa continúa todos los lunes del año con el tradicional gazpachuelo y los miércoles con el Día del Arroz, que cada semana se elabora de una manera diferente.
Lo que tampoco cambia en la temporada es el buen ambiente que se respira en el local, del que se puede disfrutar durante todo el año tanto en el interior como en su terraza, en la misma playa de Torre de Benagalbón, gracias al clima privilegiado de la Costa del Sol.