A caballo entre el otoño y el invierno, el frío arrasa nuestras calles, las lluvias humedecen nuestras tierras, nuestras montañas se cubren de blanco, las chimeneas se llenan de humo, el ambiente en familia o rodeados de amigos te hacen sentir el calor y la magia de esta época paradójicamente fría. La gastronomía toma peso en estos meses, olores y recetas tradicionales, platos de cuchara, caldos trabaos, que como dice mi madre resucitan a un muerto, se apoderan de nuestras cocinas. Llegan esos días de manta, buen vino, queso con sabor a beso o beso con sabor a queso. Días en los que un abrazo te devuelve la energía perdida.
Llega una época que huele a Navidad. Esa época de risas, llantos, emociones encontradas. Época de melancolía y de alegrías. Una época en la que nuestras madres y abuelas se ponen manos a la obra para deleitarnos con sus mejores manjares. Llega esa época en la que hacemos balance y volvemos a rehacer la lista de propósitos para el año nuevo, esa lista donde seguirán aquellos que se han quedado en la lista sin tachar y de aquellos nuevos que ocuparán el hueco de los ya alcanzados. Propósito se define como la determinación firme de hacer algo. Como el objetivo que se pretende alcanzar. Sinónimo de deseo, voluntad, determinación, intención, proyecto, objetivo.
Cuando existe un propósito la persona tiene cierta finalidad en sus acciones y hay algo que la mueve a seguir adelante, a moverse, a saltar barreras, a levantarse tras haberse caído. Cuando existe un propósito te vuelves líder de tus actos para llegar a él.
Buscas caminos y aliados, luchas contra enemigos y tempestades. Cuando existe un propósito lo persigues hasta el final. En Agro tenemos el propósito de seguir escribiendo, llenando páginas de palabras, de productos y productores, de técnicas e innovación, de cocineros y recetas, de cócteles, de espacios, de destinos, de experiencias, de Agro Granada.