Agro Magazine 105

    ¡Salve, primavera!
    Aquí seguimos, un año más, envueltos en el asombro. Porque la clave es el asombro. Es lo que subyace en cada página, en cada texto, en cada imagen que da forma, sentido, orientación a este periódico, a este magazine, a esta publicación que venimos haciendo desde tiempos remotos. Porque ya van casi diez años, con sus primaveras, los que andamos esculpiendo con lentitud de caracol este proyecto, que ya no es proyecto, sino que es idea sólida, espacio de encuentro, verdad, plenitud.
    Decimos que es el asombro el fundamento porque sin él no se explica la cosa. Sin alma no hay asombro y hoy, en el mundo de la acumulación, el consumismo extremo, la razón cegadora, el estrés, la envidia, el cuerpo y la cara expuesto sin sentido en la almoneda del mundo digital, nos falta alma. Desde antes del primer día le pusimos alma a esto, a esta forma bella de hacer un periódico de cosas concretas, pequeñas, que son las de la vida, porque detrás de la agroalimentación está el agua, la tierra, el aire, y detrás de la gastronomía está el fuego, la tierra, el agua y el aire, está la naturaleza, los cuatro elementos, y está la cultura, lo que el hombre ha hecho con ellos, lo que hacemos nosotros aquí, en el fondo blanco que ilumina.
    Es el asombro, no lo olvidéis, que nace del alma lo que hace de esto un flujo, que hace que las cosas respiren por encima de nosotros mismos, que hace de la inmanencia pura trascendencia. El asombro es razón poética, cabeza y corazón, que es la sede del alma. Sin asombrarse, sin maravillarse, sin alma, sin belleza, sin bondad, sin justicia, no vería esto nunca la siguiente primavera. Y es que vivimos de lo que nadie sabe de nosotros.
    Feliz lectura.

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