La simplicidad y la ilusión han sido la base de la filosofía Agro durante estos cinco años. No hay más secretos. Ni fórmulas mágicas. Para llegar hasta aquí tiramos de esas dos ideas, de esos dos principios o mandamientos laicos. Por un lado, la simplicidad: llegar a un objetivo final por el camino más corto, por el camino más fácil, el más simple. Nuestra condición humana moderna, nuestra condición del siglo XXI, nos lleva a estar continuamente enredándolo todo, complicándolo todo. Siguiendo teorías a ciegas sin dudar en ningún momento. Fuimos simples en la configuración de este periódico. Seguimos siendo igual de simples. De A a B hay solo un paso. ¿Para qué dar cien?
Por otro lado, la ilusión. Amar lo que se hace sobre todas las cosas. Lo decía muy bien la escritora americana Ursula K. Le Guin: «Se puede hacer cualquier cosa que se ame lo suficiente». La ilusión ha tirado de nosotros en los buenos y en los malos momentos. Nos ha motivado para que un periódico de papel, gratuito y que no tiene ninguna
grupo mediático o empresarial detrás, siga publicándose incluso en estos tiempos tambaleantes de desasosiego e incertidumbre. No se han cumplido, por tanto, los
vaticinios de los adivinos que auguraban a este proyecto un corto plazo de vida.
Este pseudomilagro que se llama Agro ha sido sostenible gracias a cientos de empresas que se han visto identificadas con la ética, la estética y el discurso de esta publicación, se han visto reflejadas en una manera diferente y atractiva de hacer y decir las cosas. Las empresas la forman personas, las dirigen personas y ellas han confiado en este periódico, en su formato papel y digital, para contar sus proyectos, para lanzar sus productos y recordar su historia. A todos ellos muchas gracias, porque han sido, son y serán la base de Agro. También gracias a esas administraciones y entidades públicas que han visto en
nuestro proyecto un espacio de comunicación con los ciudadanos, una forma de llegar a ellos de manera directa, especialmente en los sectores en los que nos especializamos: agroalimentación, turismo y gastronomía.
Y por último gracias a los miles de lectores que nos siguen, que nos leen, que nos motivan, que han acogido este proyecto con tanto cariño como el que nosotros le
hemos puesto. Un periódico no puede existir sin lectores. Y nosotros los tenemos. Dentro y fuera de Andalucía. Les estamos muy agradecidos. Sin ellos Agro no sería posible.
Seguimos. No sabemos hasta cuándo. Nadie sabe nunca qué pasará mañana. Lo que sí sabemos es que hoy, en este final de año que nos ha marcado, que nos ha hecho pensar, reflexionar, que nos ha recordado que cada momento, cada segundo es valioso y único, Agro tiene más ganas que nunca de seguir cerca de vosotros.
Ánimo, simplicidad e ilusión. Ah, y nos vemos pronto en los bares.