Es primavera. Es tiempo de renovar la mirada. De volver a empezar. De renacer. Es tiempo de fundirse con los colores y los olores, con las fragancias de esta estación de la luz, de esta estación de la luminosidad necesaria.
Es tiempo de recuperar el entusiasmo. La creatividad. De tirar de nuestro talento. Es tiempo de aceptar, de tomar consciencia, de limpiar los ojos y contemplar todo ese milagro que tenemos delante. Lo bello está ahí vibrando cada segundo ante nosotros.
Frente a la ideología del rendimiento, la contemplación. Frente al desasosiego, el desánimo o el miedo, la entereza, la determinación y el optimismo.
Vienen tiempos nuevos. Una normalidad o una nueva normalidad que seguro tendrá matices que desconocemos. Mientras todo se equilibra, mientras la combinación de contrarios se armoniza, tenemos muchas razones para estar contentos. La primavera es una de ellas. Conéctate con la luz y sé otra vez tú mismo.