En plena celebración del Eurorando 2016, manifestación deportiva de carácter internacional que tiene como finalidad la reivindicación del senderismo como actividad física saludable de la ciudadanía europea, nos hemos propuesto realizar el tramo del sendero europeo E-4 (GR-7) que discurre entre Ventas de Zafarraya y la aldea de Guaro.
Se trata de una excursión de 8 kilómetros de recorrido y una duración estimada de dos horas (sólo ida), que partiendo de una altitud de 950 m., nos llevará hasta los 770 del nacimiento, en Guaro. La mañana se presenta algo fresca pero soleada en el Boquete de Zafarraya, en el aparcamiento que se encuentra a la izquierda de la carretera antes de llegar a la gasolinera.
Con poco peso en la mochila, tan sólo agua y un par de piezas de fruta, iniciamos la marcha por el Camino de la Trinchera, primer tramo de la antigua vía del tren entre Ventas de Zafarraya y Periana. No cabe la menor duda, a 400 metros nos adentramos en un tunel excavado en la roca a principios del siglo pasado para el paso del tren. Un poco más adelante, a nuestra derecha, observamos las ruinas del Cortijo Las Puertas. Desde aquí las vistas al valle del municipio axárquico de Vélez-Málaga y al Mediterráneo son espectaculares.
Seguimos las señales del GR-7 y obviamos un desvío a nuestra izquierda que se dirige al Cañuelo, para alcanzar el puente y la casa del Aguadero. Aprovechamos la ocasión para hacernos unas bonitas fotos sobre el puente y disfrutar de las vistas al Pantano de la Viñuela. Ya hemos recorrido 3,5 Km. Continuando nuestra marcha alcanzamos el Cortijo Carrión, una gran cortijada andaluza en parte restaurada. Es el momento de observar los contrastes de los verdes campos con los grises de las montañas, como los de la Sierra de Camarolos y los Tajos de Gomer.
Primer cruce
A quince minutos más de marcha alcanzamos nuestro primer cruce de caminos, debiendo abandonar la antigua vía del tren y tomar el desvío a la derecha que nos llevará a Guaro y Marchamonas. Nosotros, por mayoría, hemos decidido continuar unos 600 metros más por la antigua vía y desviarnos a la izquierda para visitar las ruinas de una antigua mezquita. De vuelta al cruce antes mencionado, al frente, hemos podido observar los restos de una antigua torre vigía y, por supuesto, la Maroma.
Siguendo las indicaciones de Guaro, aldea que observamos al fondo a nuestra izquierda, y en ligero descenso llegamos a un segundo cruce en el que nos desviamos a la izquierda. Ya en descenso algo más pronunciado y en poco menos de 30 minutos hemos alcanzado nuestro objetivo, el nacimiento de Guaro. Tras días lluviosos, la naturaleza nos brinda el espectáculo de hacer brotar el agua entre las piedras. Nosotros, al no tener previsto que nos recojan en la aldea tomaremos un refrigerio en el restaurante “El Caserón de Guaro” y volveremos por el mismo camino.