Istán, una perla entre las sierras Blanca y Real

istan

Acostado entre las laderas de las sierras Blanca y Real se encuentra el pueblo de Istán, que se asienta sobre una colina que le permite disfrutar de impresionantes vistas del valle del río Verde. Hay quien asegura que fueron los antiguos pobladores árabes los que le dieron la actual denominación, un vocablo que significaría ‘el más alto’.

Lo que sí está confirmado es que, por su excelente ubicación, su casco urbano es un verdadero balcón natural al valle del río Verde. La localidad, situada entre la Sierra de las Nieves y Marbella, puede presumir de un entorno ecológico único en la provincia de Málaga, con abruptas sierras y numerosos acuíferos.

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Las vistas al pantano del río Verde, sus fuentes y nacimientos o el Castaño Santo son algunos de los principales atractivo de Istán, un pueblo blanco que se refugia entre abruptas montañas al sur de la Sierra de las Nieves. Como otras localidades de esta comarca malagueña, esta villa tiene en su entorno medioambiental uno de sus principales atractivos. Por eso, cobran especial importancia las rutas de senderismo y de bicicleta de montaña por sus alrededores. Esos reclamos ecológicos, sin embargo, no deben ser ninguna excusa para adentrarse en su casco urbano y disfrutar del ruido de las aguas de las acequias que recorren sus calles o de las vistas que ofrecen sus distintos miradores.

Lo que no te puedes perder de Istán

Istán cuenta con un interesante patrimonio arquitectónico, gracias a la importancia que tuvo en su pasado la resistencia de los moriscos. Así aún se conservan los restos de una torre vigía de origen nazarí, que recibe el nombre de Escalante, que la habitó hasta que tuvo lugar el alzamiento de los moriscos. El edificio religioso más importante del pueblo es la iglesia de San Miguel, que comenzó a construirse en 1.505, aunque fue incendiada por los moriscos durante la rebelión y tuvo que ser remodelada posteriormente. En el acceso por carretera al pueblo (a unos 2 kilómetros), se puede ver una ermita, también dedicada a San Miguel.

Calle de Istán.

En Istán se puede realizar una ruta pedestre por sus distintos miradores, que dan la oportunidad de disfrutar intensamente de la belleza de esta zona montañosa. Uno de los enclaves con mejor perspectiva es el que se conoce como el del Tajo Banderas, situado en uno de los extremos del casco urbano, donde en otros siglos se colocaban los estandartes de aquellos que pugnaban por tomar el pueblo. Desde allí, se pueden ver todas las sierras que rodean a la localidad, el cauce del río Verde y su desembocadura en el pantano de la Concepción. En los días más claros, se pueden divisar incluso las poblaciones de Ceuta y Gibraltar.

A pocos metros de allí, sobre un cerro, se encuentra el mirador de Las Herrizas, donde se percibe con mayor nitidez la belleza del valle del río Verde. Dentro del pueblo, también hay otros balcones naturales integrados dentro de esta curiosa ruta, como el del Azufaifo, desde donde se puede ver el nacimiento del río Molinos.

Además de ser una excelente terraza, la localidad tiene un entramado de calles de origen morisco que llevan al visitante hasta hermosos rincones, vinculados casi siempre con el agua. El más importante es El Chorro, donde se encuentra la Fuente de los Siete Caños, de la que brotan aguas que pasan por un antiguo lavadero. También hay otros fontanares repartidos por el pueblo que junto a las antiguas acequias de origen árabe hacen que el murmullo del agua se convierta en la banda sonora del pueblo.

El paisaje de Istán está vinculado inexorablemente al valle del río Verde, que atraviesa todo su término municipal. Así, su influencia visual más evidente es el pantano de la Concepción, donde se embalsa buena parte del agua que abastece la Costa del Sol. Pero, también merece la pena adentrarse en el cauce más alto de este río, que ofrece imágenes espectaculares, como el llamado Charco del Canalón, al que se accede por una cómoda ruta senderista que parte del propio pueblo. En este punto, se puede disfrutar de una pequeña cascada artificial gracias a las aguas que se derraman de una canalización de regadío. En verano, es un lugar muy frecuentado tanto por vecinos como foráneos. En el camino hacia esta poza de aguas cristalinas se pueden ver algunos puentes colgantes.

Tampoco hay que olvidar el Castaño Santo, que se ha convertido casi en un lugar de culto y no por su apelativo religioso sino por ser un prodigio de la naturaleza. Sólo el tronco resulta espectacular con sus casi catorce metros de perímetro. Harían falta diez personas con los brazos extendidos para poder rodearlo. No sorprende menos su altura, que está por encima de los veintitrés metros.

Aunque no está oficialmente verificado, este vetusto ejemplar podría tener hasta ocho centurias, por lo que fácilmente pudo haber sido plantado en el apogeo del antiguo Al-Ándalus. De hecho, su calificativo de santo le viene de una leyenda, según la cual el rey Fernando el Católico celebró bajo su copa una misa antes de sofocar la rebelión morisca de 1501 en la cercana Sierra Bermeja.  El castaño se encuentra rodeado de encinas y alcornoques en el lugar conocido como el Hoyo del Bote.

Cómo llegar

Para acceder al pueblo de Istán se puede ir por la Costa del Sol tanto desde la A-7 como desde la AP-7 (autopista de peaje). En ambos casos hay una salida hacia la carretera A-7176, que conduce directamente hacia su casco urbano, después de un recorrido de algo más de 13 kilómetros. En ese trayecto se podrá ver a la izquierda el valle del río Verde, ocupado casi en su totalidad por el pantano de la Concepción.

Dónde comer

En el casco urbano y en su entorno existen varios establecimientos que dispensan comida tradicional andaluza y, en algún caso, platos típicos de esta zona de interior. Entre ellos, están los restaurantes Entresierras, Los Jarales y El Barón y los bares El Rincón de Curro y La Parada.

Dónde hospedarse

Entre las opciones para alojarse en Istán destaca muy especialmente el hotel Los Jarales, situado antes de llegar al pueblo en un enclave desde el que se disfruta de espectaculares vistas panorámicas. Otra alternativa en plena natural es la casa rural El Balatín, situada muy cerca del río Verde.

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