Un camposanto lleno de enigmas y leyendas, la calle más angosta de la comarca o un alminar árabe que hace las veces de torre campanario son algunos de los atractivos de Sayalonga, un pueblo de la Axarquía que es conocido como el ‘Paraíso de los Nísperos.
Pese a que Sayalonga parece tener un origen andalusí, hay quien considera que fueron los romanos quienes le otorgaron su actual nombre, que significaría en castellano ‘falda o túnica larga’. Pero esta tesis, que no es la más creíble, parece sólo querer reflejar ese espíritu de realismo mágico que es inherente a éste y otros pueblos de la Axarquía.
Sayalonga, eso sí, es un pueblo de trazado andalusí que cuenta con calles tan ornamentadas como la del antiguo Ayuntamiento y otras tan estrechas como La Alcuza, que con 56 centímetros de anchura, tiene el curioso récord de ser la más angosta de toda la comarca. Frente a este angosto pasaje, se puede visitar la iglesia de Santa Catalina, levantada originalmente en el XVI sobre una anterior mezquita. Conserva todavía hoy algunos rasgos mudéjares. Entre sus elementos más originales está su llamativa torre octogonal. En su interior, destaca especialmente la talla de la Virgen del Rosario, que data del Siglo XVIII de la escuela Granadina. Junto a este templo, se puede ver la ermita de San Cayetano, que alberga en su interior la imagen del santo que le da nombre, una imagen del XVIII de gran valor escultórico.
Con tan sólo unos pasos se podrá llegar al Museo Morisco, que cuenta con interesantes vestigios históricos, una colección de pinturas de Adolfo Córdoba y una biblioteca donada por Manuel Fernández Mota (Para visitarlo existe un amplio horario de apertura, aunque se recomienda contactar antes por teléfono).
Un paseo por su cuidado casco urbano puede llevarnos hasta su peculiar Cementerio Redondo, un camposanto del siglo XIX que, según algunos estudios realizados, podría tener relación con la masonería. Al menos, algunos símbolos encontrados podrían confirmar ese origen. No existe en todo el país ningún recinto con esta peculiaridad, lo que lo convierte en una verdadera joya de la arquitectura anónima.
Durante muchos años se ha creído que la disposición del camposanto no era una casualidad. De hecho, se consideraba que los nichos se habían colocado de tal forma que no se pudieran dar la espalda unos a otros. Entre las leyendas esotéricas que allí se cuentan, la más famosa es la del Niño Gitano. El Cementerio Redondo de Sayalonga está abierto todos los días, pero para acceder a su centro de interpretación hay que solicitar el acceso previamente por teléfono.
También merece la pena visitar la Fuente del Cid, que fue construida en el antiguo Al-Ándalus, que no recibe el nombre del Rodrigo Díaz de Vivar, El Campeador, sino de otro personaje de origen árabe, Abrahem Cid Yahía. De cualquier modo, lo que se puede ver hoy de este fontanal es una versión muy restaurada.Pero, además de los atractivos del propio casco urbano, conviene conocer los de su apacible aldea, Corumbela. En el corazón de la Axarquía, a los pies de la sierra de Tejeda, la que se conoce también como ‘Paloma Blanca’ se convierte en un lugar idóneo para desconectar. En su patrimonio histórico sorprende especialmente la conservación de un alminar que hoy hace las veces de torre campanario de la pequeña iglesia de San Pedro, mérito suficiente para estar dentro de la denominada Ruta Mudéjar de la Axarquía.
No menos importante que el legado histórico de Sayalonga, es el níspero, que se cultiva en el fértil valle del río Turvilla desde hace décadas. Esta fruta ácida, que se recolecta en primavera, es todo un manjar que se puede consumir directamente o en algunas elaboraciones, como licores y mermeladas. Hoy se ha convertido en la principal fuente de ingresos para los agricultores sayalonguinos. De hecho, cada primer domingo de mayo, como el Día de la Madre, en el pueblo se le rinde un cálido homenaje con el Día del Níspero, una de las fiestas gastronómicas más famosas de la Axarquía. En ella, se pueden saborear los famosos nísperos de la localidad, así como algunos productos derivados y vino del terreno.
El pueblo se vuelca cada año en la organización de esta fiesta, que suele llenar la localidad de visitantes. Así se podrá ver el próximo 6 de mayo, en el que no faltará la música en directo ni un mercado de productos malagueños. En esta jornada, también es costumbre que se entreguen los premios Nísperos de Honor a las personas e instituciones más destacadas en los ámbitos local, comarcal provincial y regional.
» CÓMO LLEGAR
Para ir hasta el casco urbano de Sayalonga hay que usar la Autovía del Mediterráneo y tomar la salida indicada para Algarrobo Pueblo por la carretera A-7206. En primer lugar, se pasará por esta otra localidad Axárquica y tras unas sinuosas curvas se alcanzará la villa conocida como el ‘Paraíso del Níspero’. Quienes quieran llegar a Corumbela tendrán que seguir por la misma carretera hasta Árchez para, desde allí, dirigirse hacia esta aldea sayalonguina.
» DÓNDE COMER
Además de los distintos restaurantes y bares que hay en el casco urbano, como Jocavi o Mesón Morisco, se puede almorzar con un maridaje de vinos perfecto en las Bodegas Bentomiz, situadas en el término municipal de Sayalonga (a tan sólo 3 kilómetros del casco urbano). Allí sus propietarios, Clara y Andrë, proponen distintas opciones como catas de sus vinos o menús degustación que giran en torno a los cada vez más famosos Ariyanas, una excelsa gama de vinos de autor.
» DÓNDE HOSPEDARSE
Sayalonga es un pueblo que cuenta con una amplia oferta de turismo rural. Tanto en el casco urbano como en el entorno se pueden encontrar casas para un fin de semana o un puente festivo. Además de bonitas vistas, la mayoría de estos alojamientos ofrecen a sus huéspedes la tranquilidad del medio rural sin renunciar a una serie de comodidades para hacer más confortable la estancia.