Pinsapos, nacimientos de ríos y un interesante legado histórico forman parte del atractivo que hoy tiene la localidad de Yunquera, una de las perlas de la comarca de la Sierra de las Nieves. A los pies de uno de los principales macizos montañosos de la provincia de Málaga, esta villa conserva, además, muchas de sus señas de identidad, como la gastronomía o algunas tradiciones, como la celebración del Corpus.
Esta localidad, situada a 682 metros sobre el nivel del mar, albergó en lo que hoy es su casco antiguo, junto a la iglesia de la Encarnación, una importante fortaleza, de la que apenas quedan algunos restos de murallas. La fortaleza estaba asegurada en parte por la actual calle del Seminarista Duarte y tuvo una de sus entradas principales en el extremo que daba al camino de Tolox, que se conoce ahora como la Puerta del Jandaque. El enclave tenía un importante valor estratégico y así lo supieron ver los romanos, quienes asentaron allí la primitiva Juncaira. A menos de medio kilómetro del casco urbano sí se conserva una torre vigía, eso sí, muy restaurada. Se trata de una torre de estructura troncocónica, casi cilíndrica, que tiene unos densos muros de mampostería. Esta atalaya, que es Bien de Interés Cultural, fue de gran importancia en la Guerra de la Independencia. Hoy allí se encuentra no sólo una oficina de turismo sino también la sede de Astrolab, una empresa turística que realiza observaciones astronómicas de una forma didáctica y amena.
Además de la iglesia y de sus antiguas estructuras defensivas, buena parte del encanto del pueblo reside en la estructura de su casco antiguo, donde las calles se estrechan y se enredan formando un laberinto de reminiscencias andalusíes. Parte del patrimonio histórico de Yunquera también hay que buscarlo a unos kilómetros del casco urbano. Es el caso de la ermita de Porticate, una capilla situado en un remanso de paz, en la que se venera a la patrona de la localidad.
Buena parte del encanto del pueblo de Yunquera reside en su ubicación en el parque natural de la Sierra de las Nieves. Más concretamente, esta localidad atrae cada año a miles de visitantes por contar con un espeso bosque de pinsapos, una especie arbórea que hoy sobrevive en muy pocos puntos del mundo (Sierra de las Nieves, Reales de Sierra Bermeja y Sierra de Grazalema, fundamentalmente).
Para ir al pinsapar de Yunquera lo más recomendable es hacerlo desde el Puerto del Saucillo o desde el Mirador de Luis Ceballos. A estos dos enclaves se accede por un carril forestal, si bien, llegado un momento, hay que elegir en una bifurcación entre el uno o el otro. En el primero de ellos, situado a la derecha del camino se puede realizar una cómoda ruta circular que conduce hasta la cueva del Agua por un sendero con escasa dificultad. También desde allí, se puede hacer otro itinerario circular, ligeramente más duro, que conduce hasta el lugar conocido como el Puerto del Hornillo. En ambos casos se recorren parajes de gran belleza como el Puerto de Bellina. Durante ambos recorridos, el caminante encontrará numerosos ejemplares de pinsapos e incluso un pequeño bosque de fresnos.
Desde el Puerto del Saucillo, también se pueden realizar otra ruta de más dificultad, la que lleva hasta el Peñón de los Enamorados, uno de los enclaves calizos más emblemáticos de la Sierra de las Nieves. En este caso, es necesario tener buenas condiciones físicas e ir preparado con el consiguiente tejido y calzado, ya que se trata de una ruta con 11 kilómetros de longitud y con un desnivel que ronda los 700 metros.
La otra opción, la que parte desde el Mirador de Ceballos, ofrece también la posibilidad de adentrarse en espesos pinsapares y acercarse hasta los ejemplares de quejigos que aún sobreviven en la Sierra de las Nieves. Entre sus rutas más cómodas destaca la que lleva hasta el Tajo de la Caína, un roquedal calizo que tiene unas dimensiones de vértigo. Otro enclave de interés en Yunquera es el primer tramo del río Grande, uno de los principales afluentes del Guadalhorce, que Grande nace en un paraje no muy lejano del pueblo de Yunquera. De hecho, existe un camino que conduce directamente hasta la zona considerada como el nacimiento, en el entorno del arroyo Zarzalones, uno de sus principales tributarios. A pocos metros de la antes mencionada ermita de Porticate comienza a caminar este río Grande, formando sus primeras y más vertiginosas cascadas de agua, como pueden ver aquellos que se adentran en los saltos de agua del arroyo Zarzalones para practicar el descenso de barrancos. La fuerza de sus aguas se han aprovechado desde hace muchas décadas para generar energía, como evidencia la instalación allí de una central hidroeléctrica junto a una presa. Merece la pena dar un paseo por todo este entorno y disfrutar de las vistas y del sonoro movimiento de las aguas del río Grande en sus primeros metros.
La gastronomía yunquerana es rica y variada. Además de los productos porcinos, sobresalen el vino del terreno, que hoy todavía se hace en muchos hogares, y la castaña. En torno a estos dos últimos productos se organiza cada mes de octubre una fiesta gastronómica, donde poder degustarlos junto a un plato de ‘malcocinao’, un contundente potaje del que los yunqueranos se sienten muy orgullosos. La Fiesta del Vino y la Castaña se celebrará este año los días 28 y 29 de octubre.
• CÓMO LLEGAR. Para acceder a Yunquera la principal opción desde Málaga pasa por tomar la A-357, en sentido Campillos, hasta el cruce de Zalea, donde habrá que tomar la A-354. Tras un recorrido de unos 30 minutos, en los que se pasa frente a Casarabonela y se atraviesa el pueblo de Alzoaina –y su pedanía de Jorox- se llega hasta Yunquera. Desde la Costa del Sol Occidental se puede acceder por la A-355 desde Marbella. Para ello habrá que llegar hasta Monda y desde allí tomar la A-366, por la que se llega a Guaro y después a Alozaina.
• DÓNDE COMER. Yunquera cuenta con una importante oferta de restauración tanto dentro del casco urbano como en su entrada. En establecimientos como la Cocina del Zarcillos, el Bar Quini, Enara o MIguelín y Miguel se pueden consumir platos contundentes que giran en torno a la carne de cerdo. Otra opción que ofrece el pueblo es el tapeo. Dentro de esta alternativa, la más recomendable es la que ofrece la Bodega del Porfín, una taberna subterránea llena de encanto donde se puede tomar el vino del terreno junto a unas tapas frías. Se trata de un edificio con siglos de historia que el propietario encontró cuando iba a hacer los cimientos de su casa.
• DÓNDE DORMIR. La oferta de alojamientos de Yunquera es de lo más diversa. Por un lado, en su centro histórico cuenta con un hostal con muchas décadas de trayectoria, Asencio. Por otro, junto al casco urbano cabe la posibilidad de alojarse en un camping que cuenta con distintos bungalows. Otra opción pasa por las distintas casas rurales que tiene la localidad. Algunas de ellas se encuentran en plena sierra.