Diez propuestas para disfrutar el «art de vivre» en la capital francesa

Diez propuestas para disfrutar el art de vivre en la capital francesa

París reinventa el arte del buen comer con nuevas ideas y tendencias

Catalogada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, la gastronomía francesa es algo que no hay que perderse. En París, existen mil maneras de iniciarse al arte de comer bien, además la cocina no para de reinventarse para gustar a todos. Este es el lugar adecuado para descubrir las nuevas tendencias culinarias y encontrar deliciosos establecimientos para saborear gastronomía made in France.

En París hay un centenar de restaurantes que acumulan 134 estrellas Michelin y, por supuesto, hay miles con todo tipo de propuestas, desde las diferentes cocinas regionales de Francia, a cocina internacional de todos los países, restaurantes históricos y en lugares emblemáticos. Comer bien en París no es un problema, además de sus cientos de propuestas, cada día surgen nuevas iniciativas, originales conceptos de venta de comida y numerosas tiendas gourmet. Todo ello es parte del movimiento iniciado por el Fooding® en el año 2000. Aquí indicamos diez de las nuevas ideas y tendencias de la capital francesa, algunas de ellas como alternativa a los restaurantes convencionales.

  1. Cantinas y comidas monotemáticas
    A la hora del almuerzo, la comida en la calle y los restaurantes saludables y especializados están de moda. Se abren por todos los lugares de la ciudad. Su receta de éxito consiste en ofrecer comida monotemática pero muy cuidada: panes y bocadillos especiales, hamburguesas de diseño, queso 100%, comida sin gluten, especialidades thai, productos frescos, lugares con decoración acogedora, lo que aquí se llama «cosy». La hora del almuerzo, aunque sea breve, se convierte en una recreación gustativa. Un par de ejemplos entre los más nuevos: Tokki con pequeñas especialidades de cuatro continentes, La Réclame, un mundo de embutidos y quesos en pequeñas dosis para comer in situ o llevar a casa o al campo, tiene un brunch por 24 euros.

2. Comer en un bol
¿Comer en un solo plato? La tendencia de platos «todo-en-uno», una combinación de ingredientes frescos, sabrosos y recetas que dan placer a la vista y, por supuesto, al gusto, es muy popular en París. Los «buddha bowls» dan color a la comida y crean todo un espectáculo en locales que se han propuesto cuidar nuestra moral y nuestra salud. Un buen ejemplo es Marclee de raíces chinas y vietnamitas pero con la creatividad del venezolano Daniel Alejandro, o el revolucionario Les bols de Jean que ha creado un hito en París y se forman grandes colas ante su establecimiento. Su truco es ofrecer sus originales comidas en bols de pan, que también se comen ,con precios que comienzan en unos 8 euros.

3. El último must de París: ¡un café!
El aroma de un buen café ya se había extendido en la capital en los últimos años gracias a los pioneros del coffe shop como el Café Lomi o Café Coutume abonados, entre otros, a Brûlerie Belleville, el proveedor del mejor café en París. Espresso, de filtro, capuchino, de una torrefacción artesana, grandes cafés puros y de alta gama especiales para baristas: todos estos establecimientos que reúnen a los amantes del café garantizan el buen grano. Maquinaria de última generación, servicio y talleres de tostado trabajado a la carta. El latte art, que consiste en dibujar diseños en la espuma del café con leche, se propaga en las tazas. Qué placer mejor que empezar el día con el dibujo de un corazón o un poco de la Torre Eiffel. Entre los más nuevos, La Compagnie du Café cuyo fundador Romain Fabry comenta «El café de especialidad es un producto gourmet que merece ser trabajado con rigor y pasión para dar a conocer la riqueza de sus sabores. Estamos constantemente buscando el punto de tostado para mejorar el potencial de sabor de nuestros cafés». Y los que quieran acompañar el café con un buen bollo esponjoso, brioches, galletas, magdalenas o mermeladas caseras tienen mucho donde elegir, por ejemplo Kopi Cream, o Miss Marple.

4. Espíritu Fooding
En el año 2000, bajo la dirección de Radio Nova se crea Fooding®, contracción de food y feeling, un colectivo culinario que llega para inyectar un poco de modernidad en una cocina que se había dormido en sus laureles. ¿La receta para el éxito? La promoción de la cocina creativa, de moda, llena de sorpresas y novedades. Eventos como la semana del Fooding® y le Grand Fooding® de verano son organizados por la capital para que el público descubra este enfoque innovador de cocinar. Además, la oficina de Fooding® publica una guía anual que cubre todo el mundo y permite la identificación de nuevos talentos y las iniciativas gourmet osadas de acuerdo con una nueva tabla de evaluación: restaurantes «demasiado bueno», «feeling», o incluso «hambre de noche». Cada año, un reconocimiento premia a los ganadores en varias categorías. En 2017 ha sido premiados, entre otras categorías, como mejor chef Giovanni Passerini, del Restaurante Passerini.

5. Un lugar para los néo-bistrots
La bistronomie es un concepto nacido en los noventa años de contracción de «bistrot» y «gastronomie» para referirse a aquellas mesas que combinan precios bajos (alrededor de 30? menú), equipo pequeño, pequeño local, ambiente relajado y cocina de autor. Hoy el concepto ha evolucionado y han entrado los néo-bistrots con mesas pequeñas y a veces compartidas, servicio simpático, el menú en la pizarra, paredes tatuadas, talento joven e influencias francesas y asiáticas a menudo completamente integradoa en el plato. La metamorfosis de la bistronomía. Algunos locales: Na/Na, con menús a 22 o 27 euros; Bistrot Papillon, un local que existe desde hace 40 años pero al que Lawrence y Vincent, le han dado la vuelta para ofrecer un acogedor restaurante con una cocina limpia, actual, hecha sólo de producto «sin código de barras».

6. Hacerse invitar por un parisino
A los parisinos les gusta ir al restaurante, pero también les gusta ponerse a cocinar. ¡Y las cocinas de la capital están llenas de talento! Entonces, ¿porque no ir a encontrarse con esos cocineros de una nueva especie, para quien compartir es lo esencial de esta pasión? Es el concepto que propone VizEat, que permite invitarse a casas particulares para probar, con buena compañía, las creaciones culinarias hechas por anfitriones gastrónomos. Una ocasión privilegiada de pasar un momento agradable y acogedor, en el ambiente intimista de un piso parisino. Las posibilidades son muy variadas, y van desde el aperitivo cena, hasta el menú integral. Distintos anfitriones y tipos de cocina se proponen a los visitantes con precios que van de 10 a 20 euros. Se proponen desde menús completos, a monográficos de vino y quesos, recorridos por los mercados o cocinas exóticas.

7. Comer rodeado de arte
Entre dos visitas relacionadas con el arte, se pueden combinar cultura y gastronomía haciendo una pausa en algún restaurante de un museo parisino o de un gran monumento. Con los numerosos museos de la capital, cada uno encontrará el ambiente que mejor le corresponde según sus gustos. El Musée d’Orsay, ofrece el antiguo restaurante del hotel de Orsay, situado en la primera planta del museo, que ha conservado toda su magnificencia desde su apertura en 1900. El chef Yann Landureau elabora una cocina tradicional francesa, pautada por platos originales, relacionados con la actualidad del museo. Hay menús de dos platos desde 22 euros. Una experiencia única es cenar tocando el cielo en el restaurante Jules Verne de Alain Ducasse en lo alto de la Torre Eiffel con París iluminado a tus pies. Exquisita comida, excelente servicio, ambiente exclusivo y con un toque futurista. El menú Experiencia de cinco platos cuesta 190 euros, el de seis platos, 230 euros.

8. Tiendas muy especializadas
A veces es posible picotear algo o hacer pequeñas degustaciones mientras se compran los mejores productos en mercados o en tiendas de ultramarinos y quesos. Nombres conocidos de la gastronomía proponen el refinamiento de sus platos preparados, bodegas de vinos y pastelería en sus tiendas o lo entregan a domicilio, en su casa, trabajo o sala de reuniones. Es posible dar un aire festivo a la cena o comida íntima, en familia o en grupo, con bocaditos salados, foie gras y champagne y disfrutar de la comida. Estos servicios de gama alta ponen a disposición la logística necesaria para organizar cualquier deseo: camareros, sumilleres, decoración. ¡Un placer de gourmet servido en bandeja! Un buen ejemplo es La Grande Épicerie de Paris, situada justo en frente del Bon Marché, se ha convertido en un «ineludible, un placer asumido, un momento privilegiado». Auténtica referencia de la gastronomía en París, atrae a aficionados de excepcionales productos y a curiosos del mundo entero.

9. Las grandes citas culinarias
Prácticamente cada mes hay una gran cita con la gastronomía, los vinos y otras bebidas en París. Son encuentros, por lo general abiertos al público, que muestran lo mejor de los productos y de las creaciones gastronómicas de los grandes y medianos chefs parsinos e internacionales.

Estas son algunas de las citas importantes:
Taste of Paris del 18 al 21 de mayo
Festival Mundial de la cerveza del 30 junio al 2 de julio
Street Food international Festival 2017, los días 19 y 20 de septiembre
Salon #BON (Salón gastronomico para niños) del 21 al 22 de octubre
Feria de Otoño de Paris del 27 de octubre al 5 noviembre
Salón del chocolate del 28 de octubre al 1 de noviembre
Salón de los sabores y las delicias gourmet del 1 al 4 de diciembre
Paris Cocktail Festival
Resto Expérience del 7 al de 9 abril
Omnivores del 5 al 7 de marzo

10. Y además…
En París, existen mil maneras de iniciarse al arte de comer bien, además la cocina no para de reinventarse para gustar a todos. Algunas propuestas:
Neobistrots, la gastronomía revisitada, para saborear las últimas tendencias, lugares que combinan cocina de bistrot y gastronomía; Monomaniaca, variaciones golosas entorno a un mismo tema para saborear una especialidad bajo todos sus aspectos, en el menú, un producto estrella, uno solo, pero preparado de muchas maneras diferentes: aves, huevos, albóndigas, croque-monsieur, manzanas, bogavante, mozzarela; tendencia fast-good, donde es fácil comer bien y rápido gracias con sabor y equilibrio en el menú diario; pastelería alta costura, París maravilla el gusto y la vista con creaciones dulces de los nuevos «pasteleros- joyeros».

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