En La Cala de Mijas, en pleno corazón de la Costa del Sol, se encuentra la Granja Ecológica Las Pencas. Siete hectáreas de tierra, rodeadas de un bosque de alcornoques, y con un pequeño manantial en su interior, donde el matrimonio formado por Donatella Zanca y Carlos Pintos decidieron empezar en 2014 un negocio dedicado a la producción de huevos ecológicos, y en menor medida, al cultivo de mangos, uvas de mesa e higos.
“La verdad es que cada vez nos ha ido mejor”, explica Donatella Zanca a Agromagazine. “Ahora mismo tenemos una producción de 4.500 gallinas, y estamos teniendo una gran aceptación con el huevo en toda la provincia”, añade sobre el proyecto, que forma parte de Sabor a Málaga, con quienes han logrado un importante empujón.
Pintos y Zanco ya habían vivido en Málaga anteriormente, pero estuvieron varios años en Brasil, donde tuvieron un criadero de loros. Decidieron volver a la provincia andaluza cuando ambos rondaban los 50 años, y pensaron cómo podrían encontrar un trabajo a esa edad en la que no surgen tantas oportunidades. “Conocíamos a un veterinario y a un ingeniero agrónomo, y nos dijeron que el tema ecológico empezaba a moverse mucho, que cada vez había más gente interesada, y dimos el paso”, relata sobre el germen de la Granja Ecológica Las Pencas.
El matrimonio era amante de la naturaleza y los valores ecológicos, y así pusieron en marcha una granja totalmente sostenible, que trabaja con placas solares, y en la que hacen su propio compost para los frutales. “Empezamos con 800 gallinas, sembrando también los árboles, que los plantamos todo nosotros”, recuerda. Poco a poco, la granja fue aumentando su tamaño, hasta consolidarse y ser el referente de huevos y frutos ecológicos que es en la actualidad.
El calor de esta temporada veraniega tan atípica ha hecho que la textura del huevo se vea afectada, pero no por ello el producto tiene menos calidad. “Con las calores, las gallinas comen menos. Ellas sufren muchísimo el calor, al igual que las personas, aunque les tengas puesta una refrigeración con aire en la nave. Como beben más, los huevos de ahora tienen un poquito más de agua de lo normal,
y el huevo puede aclarar la yema un poquito más de la cuenta”, apunta Zanca en ese sentido. Al ser una granja ecológica, las pencas no utilizan ningún clarificante ni colorante, y entonces “es normal que el huevo sufra un poquito más y su aspecto varíe, pero las propiedades se siguen siendo las mismas”.
En la actualidad, las gallinas quedan en libertad por la finca desde las 8 de la mañana, y se recogen a las doce, para evitar las horas de mayores temperaturas. “Luego a las siete de la tarde están fuera de nuevo, hasta que las volvemos a cerrar al caer en la noche”, nos explican. A pesar de los buenos cuidados que reciben los animales, las calores provocan que baje la producción “alrededor de un 10%”.
Según su propia experiencia, cada vez hay más gente que se interesa por sus productos y los busca. La mayoría de su clientela es un público generalista, pero también personas que no pueden tomar aditivos por enfermedades u otras causas. “La gente cada vez buscan lo más saludable. Se nota mucho cuando viene un producto que es natural, que está creado al aire libre con productos y procesos naturales”. A pesar de ello, Zanca quiere matizar que las propiedades de un producto ecológico no van a ser muy diferentes a la de uno de agricultura o avicultura extensiva. “Pero tú prueba, por ejemplo, un huevo ecológico y uno normal. La diferencia se nota muchísimo y la gente cada vez busca una calidad”.
Los productos de la Granja Ecológica Las Pencas se distribuyen por toda la provincia de Málaga. Se pueden disfrutar en tiendas ecológicas, e incluso en hoteles como el prestigioso Puente Romano de Marbella, con quienes han empezado a trabajar este año. Desde la pandemia del coronavirus de 2020 también comenzaron a hacer un reparto a domicilio que ayudó bastante al negocio a seguir adelante.
En lo relacionado con las frutas, destaca su pequeña producción de mangos, que se beneficia del microclima propio del entorno. Esta temporada, de nuevo por las temperaturas, la producción será menor, pero se está obteniendo un producto “muy sabroso y muy dulce. La gente que lo ha comprado y lo ha probado está encantada”, asegura Zanca. Sus uvas, por otra parte, han sufrido en ataque de los jabalíes que viven en el bosque de alcornoques cercano, y no tendrán tantas variedades como habrían planeado. “La uva negra de este año va a ser muy buena”, adelantan, destacando que es una variedad sin pepitas.
En los últimos meses los costes de producción se han disparado en todos los negocios, y Las Pencas no se ha librado de esta crisis. “En los ocho años que llevamos va a ser el primero que nos hemos visto obligados a subir los precios”, explican, detallando que hay problemas en el abastecimiento de cereales para la alimentación de las gallinas, cuyo coste ha aumentado hasta un 35%. “Los ganaderos ahora mismo lo estamos pasando un poco regular, porque vendemos bajo coste. No puedes vender un huevo a precio desorbitado, porque si no la gente no te lo compra”, lamentan desde la empresa.
En el futuro, Las Pencas tiene como proyecto diversificar más sus productos, con una gama de mermeladas y de miel, así como la introducción de nuevos cultivos como la pitaya o fruta del dragón. “Al haber tanta sequía ha que buscan productos que puedan adaptarse a las circunstancias”, finaliza.