Palangre es un restaurante ubicado en el Paseo Marítimo de Poniente, en el corazón de Torre del Mar. A pesar de que lleva relativamente poco tiempo en marcha, se puede afirmar que este establecimiento es todo un superviviente del mundo de la hostelería, pues la crisis sanitaria del coronavirus le obligó a cerrar sus puertas justo en la misma semana que levantaban la persiana. Tras este proyecto se encuentra el empresario José María Monedero y su familia, que ya regentó con éxito, durante muchos años, un referente torreño: ‘La Fragata’.
¿En qué año y cómo se pone en marcha Palangre?
El restaurante venía de otra empresa que tenían mis padres, una cafetería que cogieron en la primera mitad de los años 90, y que cuando se jubilaron me traspasaron a mí. Iniciamos en el año 2020, poco antes de la pandemia. El 12 de marzo justamente, dos días antes de que se decretase el estado de alarma.
¿Y cómo afrontásteis ese primer revés?
Estuvimos cuatro meses cerrados, y cuando reabrimos nos encontramos de frente con las restricciones y todo el tema que ya conocemos. Pero bueno, gracias a Dios, pudimos seguir para adelante.
¿Hicísteis alguna reforma respecto a esa cafetería original?
Al convertirnos en Palangre renovamos el aspecto del local. Se cambiaron suelos, techos, las decoraciones interiores y exteriores, se puso suelo de parqué en el exterior, toldos, pinturas… Apostamos por una decoración que fuese un poco novedosa, que no estuviera vista, como un cañizo que tenemos que es diferente a lo que estamos acostumbrados.
¿Cómo definirías la carta de Palangre?
Es una carta amplia, con variedad de productos. Y está enfocada a un público bastante extenso, tanto gente joven como a otras personas más mayores. Y sin olvidarnos del público extranjero, que vienen mucho a Torre delMar durante todo el año.
Palangre Bar es un establecimiento en el que hay bastante actividad desde temprano…
Efectivamente, abrimos para ofrecer desayunos. Ahí también estamos enfocados a nuestra clientela extranjera, dando el ‘English breakfast’. Luego ya enlazamos con el mediodía, donde funciona muy bien el tema del pescado frito. Y ya por la noche, sin dejar el pescado a un lado, se suelen pedir más nuestras roscas, croquetas, ensaladas y mucho más.
¿Es una carta fija?
Vamos cambiando según la demanda, analizando qué productos son los que se piden, y se van quitando aquellos que no funcionan. Es la mejor manera de perfeccionar la oferta.
¿Qué importancia tiene esa clientela extranjera a la que has hecho en referencia?
Nuestra clientela, por volumen, es más nacional, sobre todo en verano. Sin embargo, de octubre hasta mayo, aproximadamente, el 80% de nuestra clientela sí que es extranjera, sobre todo, en el horario de mañana, hasta la una de la tarde más o menos.
Las redes sociales son hoy una herramienta clave para darse a conocer entre los clientes…
Tenemos asesoramiento para que funcionen bien, con gente que es experta en el tema y colaboran con nosotros. Lo usamos como escaparate para nuestros platos, actualizamos bastante, y también nos sirve para dar a conocer eventos como el fútbol. Los fines de semana con la Liga, y, sobre todo, con el tema de la Champions, que nos ha ido muy bien.
¿Qué próximos proyectos tiene Palangre entre manos?
Ahora mismo nos encontramos en un momento de incertidumbre, en el que estamos a verlas venir. Hicimos un esfuerzo económico bastante grande hace solo dos años para arrancar, y queremos seguir en marcha, a pesar de que nos haya cogido la pandemia por medio. Por supuesto que tengo ideas en la cabeza, cosas que se podrían mejorar, pero creo que habrá que esperar un poco y mientras iremos puliendo las mismas.