Un intenso recorrido por la Costa del Sol: de Torremolinos a Mijas

Desde Torremolinos a Mijas, tanto en una primera como en una segunda línea de playa, se encuentra una de las zonas turísticas más importantes de la comarca de la Costa del Sol Occidental, una comarca que se extiende hacia el oeste hasta Manilva, en el límite con la provincia de Cádiz. 

En la primera parte, aguarda un interesante póker de localidades conocidas por sus atractivos: Torremolinos, Benalmádena, Fuengirola y Mijas.

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La imagen de Torremolinos lleva décadas asociada a sus playas y su ‘pescaíto’ frito, pero en los últimos años este municipio, pionero en el turismo de la Costa del Sol, ha sabido renovarse y poner en valor sus principales atributos.

Lo que hace a mediados del siglo pasado era un humilde barrio de pescadores hoy se ha convertido en uno de los referentes turísticos de todo el país, gracias a su completa oferta para visitantes nacionales y foráneos. La localidad es hoy uno de los principales baluartes en turismo hotelero y residencial gracias a sus atractivos, que van mucho más allá de sus cuidadas playas o de su típica gastronomía. 

El casco histórico de Torremolinos presume de ser un verdadero centro comercial abierto. No en vano, gira en torno a la siempre concurrida calle San Miguel, donde es posible encontrar un amplio abanico de establecimientos. Lo mismo ocurre con otros espacios cercanos, como las plazas de la Nogalera y de la Independencia. En esta zona céntrica se encuentran la Torre de Pimentel, la iglesia de San Miguel Arcángel y, algunos metros más abajo su codiciadas playas, como son las de La Carihuela, Los Álamos, El Bajondillo o Playamar.

En su oferta complementaria, Torremolinos cuenta con una sierra donde se conecta con la Gran Senda de Málaga, parques de ocio y temáticos, como Aqualand y Cocodrile Park, una amplia villa deportiva y distintas, un palacio de congresos y amplias zonas verdes, entre las que se encuentran, por ejemplo, el Parque de la Batería o el Molino de Inca.

Benalmádena

Apacibles playas, un puerto deportivo único en el mundo o un coqueto pueblo de raíces andalusíes son los principales pilares de la localidad de Benalmádena, una de las más emblemáticas de la Costa del Sol. Hoy esta localidad se ofrece como uno de los destinos más completos para los que buscan desconectar ya sea en la costa o en el interior sin renunciar a momentos de ocio.

En una segunda línea de playa se encuentra Benalmádena Pueblo, donde se pueden ver desde los restos de la muralla que un día fue un castillo de gran valor estratégico a la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, principal parroquia del casco urbano. En el corazón de esta villa histórica, se encuentra su emblema, La Niña de Benalmádena, una escultura de Jaime Pimentel. 

En el entorno del casco urbano también existen otros atractivos que sirven para complementar la oferta turística de la villa, como es el caso del Mariposario. Frente a este recinto, se encuentra la Estupa  budista de la Iluminación. En el otro extremo de Benalmádena Pueblo, se puede visitar el Castillo Monumental de Colomares, que rinde homenaje al descubrimiento del Nuevo Mundo.

En el litoral benalmadense se encuentra Puerto Marina, distinguido en varias ocasiones por su belleza y su singular arquitectura y que alberga una importante oferta de ocio y náutica.

En el núcleo de Arroyo de la Miel, se encuentra el parque de atracciones Tívoli World, decano del ocio y la diversión en la Costa del Sol. Desde que abriera sus puertas en 1.972 miles de personas de distintas generaciones han pasado por sus instalaciones o incluso asistido a algunas de las actuaciones y fiestas que allí se preparan periódicamente.

A todas estas propuestas de ocio hay que unir el Teleférico, que permite conectar con una buena dosis de adrenalina el núcleo de Arroyo de la Miel con el techo del territorio benalmadense, el Monte Calamorro. Además de unas vistas espectaculares, allí aguardan numerosas propuestas de ocio, como exhibiciones de cetrería o rutas a pie o en bicicleta.

Además de esta oferta temática, no hay que olvidar que buena parte de los atractivos benalmedenses está en sus playas y su paseo marítimo.

Por su parte, la ciudad de Fuengirola está diseñada para ser disfrutada con  los cinco sentidos. Aunque su litoral es uno de los más valorados de toda la Costa del Sol, en esta localidad también hay otras opciones muy interesantes para disfrutar en una excursión de uno o dos días. Así, cuenta con infraestructuras y recintos orientados al ocio y enclaves históricos muy singulares. 

Las primeras civilizaciones mediterráneas ya se fijaron en el valioso enclave geográfico que tiene la actual Fuengirola. A los pies del cerro donde se ubica el castillo de Sohail, dejaron huellas de sus pasos tanto fenicios como romanos. 

Las huellas de las distintas civilizaciones a lo largo de su historia se puede ver en algunos enclaves del casco urbano. Uno de ellos es el yacimiento de la Finca del Secretario, un interesante conjunto arqueológico, que consta de una factoría de salazón, un alfar y unas termas, de la época romana (entre los siglos I y V). En un centro de interpretación se reconstruye a escala real las diferentes habitaciones de los baños romanos.  Otra visita obligada es el Museo de la Historia de la Ciudad.

Parte de ese patrimonio se puede disfrutar hoy en día en su territorio, que está muy vinculado al mar. Su cuidado litoral, sus amplias avenidas y la apuesta por un ocio de calidad son también otros atractivos de esta localidad. Basta citar como ejemplos Bioparc, el Parque Fluvial o su equipado puerto deportivo para entenderlo mejor. 

En Mijas hay que distinguir su litoral de su principal casco urbano, situado en las laderas de su sierra. Ubicado entre las murallas de un anterior castillo y la ermita de la Virgen de la Peña, se encuentra el casco histórico de Mijas Pueblo. A pesar de haberse convertido en un pueblo con numerosos residentes extranjeros, la villa mantiene todavía hoy sus principales señas de identidad en sus calles. Entre las visitas obligadas en esta zona destacan el antes citado santuario de la Virgen de la Peña, una capilla excavada en la roca por frailes mercedarios en el siglo XVI, el Carromato de Max, un extravagante colección de sorprendentes miniaturas, o la Casa Museo de la Villa, una colección etnográfica de gran valor por sus piezas y enseres. A estos emplazamientos hay unir la plaza de toros, los restos de las murallas de la antigua fortaleza árabe, la iglesia de la Inmaculada y el Centro de Arte Contemporáneo de Mijas.

En la zona litoral, sobresale el núcleo de La Cala de Mijas, que tiene su edificio más emblemático en el Torreón. Esta antigua torre vigía, que llama la atención por su tamaño, hace las veces también de espacio museístico, con salas dedicadas a la pesca e incluso a la incursión que en su día hizo el general Torrijos.

Y, por supuesto, en el litoral mijeño sobresalen playas muy cuidadas y emblemáticas, como la del Bombo, la Butibamba, el Faro de Calaburras, La Luna o Riviera. Buena parte de esta franja costera se puede recorrer gracias a sus paseos marítimos y a la Senda Litoral.

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