Un intenso viaje por la Serranía de Ronda

La Serranía de Ronda es una de las comarcas más emblemáticas del territorio andaluz. Y entre otras las razones lo es por combinar en su oferta turística la monumentalidad de la ciudad del Tajo y los paisajes montañosos que podemos encontrar en su entorno, como es el caso de los valles del Genal y del Guadiaro o de las estribaciones noroccidentales de la Sierra de las Nieves. De esta forma, combina el importante legado arquitectónico del casco antiguo de Ronda, con los valores ecológicos de bosques de castaños, quejigos y pinsapos que se pueden encontrar en la zona.

Ese atractivo natural de la comarca no debe restar importancia, sin embargo, al importante patrimonio histórico que tiene la ciudad que da nombre a la comarca. Desde la antigua Acinipo romana, situada fuera del casco urbano, hasta la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Ronda, se puede hacer un recorrido por un legado que incluye también edificaciones de gran interés arquitectónico. Algunos ejemplos son los Baños Árabes, la muralla de la ciudad, el alminar de San Sebastián, la Casa de los Gigantes, la ermita de la Virgen de la Cabeza, la iglesia de Santa María La Mayor, los palacios de Mondragón y del marqués de Salvatierra, el arco de Felipe V o el convento de Santo Domingo, entre otros. Junto a ellos sobresale el Puente Nuevo sobre el Tajo de Ronda, el gran emblema de esta ciudad monumental.

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Toda esta diversidad de edificios y restos históricos invitan a recorrer las calles de su casco antiguo para apreciar el encanto que todavía hoy mantiene a pesar del transcurso de los años. Así lo hicieron hace años literatos como Ernest Hemingway o Rainer María Rilke, quienes se sintieron atrapados por la magia que desprende aún el casco viejo de la villa.

Pero, Ronda ha de ser también el punto de partida para adentrarse en los pueblos del entorno. Muy cerca de la ciudad del Tajo se encuentraArriate, que conserva muchos rasgos típicos de los pueblos serranos. Situado junto al frondoso valle del río Guadalcobacín, este pueblo conserva todavía hoy los rasgos arquitectónicos de otras épocas.

El Valle del Genal, situado en el extremo occidental de la provincia, es otra opción llena de atractivos. Su zonas montañosas y el propio río Genal son los principales atractivos paisajísticos de este territorio, que está conformado por una quincena de pequeños pueblos. En la zona alta del valle, se encuentran las localidades de Alpandeire, Faraján, Cartajima, Igualeja, Parauta, Pujerra y Júzcar. La primera es el punto de partida de la Ruta de Fray Leopoldo, la segunda alberga las vertiginosas Chorreras de Balastar y la tercera se ha llenado de coloridos murales en los últimos años. Por su parte, Igualeja cuenta como principal atractivo con el Nacimiento del Genal, mientras que desde Parauta hay  un sugerente recorrido con duende sy otros personajes del bosque. Por último, en Pujerra, aguarda uno de los mejores miradores del castañar de la Serranía, y en Júzcar, hay un recorrido aventurero y divertido gracias a su concepto de Aldea Azul. ”.

El Bajo Genal está conformado por las localidades de Atajate, Benadalid, Benalauría, Algatocín, Gaucín, Jubrique y Genalguacil. Los dos últimos están localizados en el margen izquierdo del valle. En los últimos años Genalguacil se ha hecho famoso por haberse convertido en un verdadero museo al aire libre, ya que cada dos años distintos artistas elaboran allí sus obras desinteresadamente para dejarlas como patrimonio del pueblo. Gracias a sus Encuentros de Arte, actualmente la localidad cuenta con más de un centenar de obras. Así se pudo ver un año más este mismo mes de agosto, ya que esta cita es de carácter bianual.

Por su parte, los pueblos de Benadalid, Benalauría, Benarrabá, Algatocín y Gaucín también han apostado en los últimos años por conservar la arquitectura tradicional. Entre los edificios que hay que visitar sobresalen el castillo del Águila de Gaucín, la fortaleza de Benadalid o el Museo Etnográfico de Benalauría.

El Valle del Guadiaro, situado al norte del Genal y al oeste de la ciudad de Ronda, está compuesto por las villas de Montejaque, Benaoján, Jimera de Líbar y Cortes de la Frontera. Esta última localidad es la de mayor población y patrimonio monumental, con construcciones destacadas como su plaza de toros o la casa consistorial, mandada a construir durante el reinado de Carlos III. Buena parte de su territorio está dentro del Parque Natural de los Alcornocales. Tanto Benaoján como Montejaque tienen casi todo su territorio en otro espacio protegido, el de la Sierra de Grazalema. Sobresalen por su importancia las cuevas del Gato y de la Pileta y el paraje de los Llanos de Líbar.

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