Sin duda es uno de los reyes en el sector de los postres y uno de los productos básicos y más reconocidos en nuestra alimentación diaria: el yogur. Se trata de uno de los fermentados que no puede faltar en nuestra nevera y que últimamente está despuntando como tendencia, ya que se está abriendo un importante hueco en el mundo ‘foodie’ por sus diferentes combinaciones, así como por sus usos culinarios que no dejan de sorprender. Más allá de los clásicos yogures naturales, de frutas o griegos, nuevos sabores van apareciendo en el mercado y se están convirtiendo en fuente de inspiración para chefs.
Una de las variedades que está marcando tendencia son los yogures vegetales, entre los que podemos encontrar una amplia gama de sabores como pueden ser la remolacha, la zanahoria o el tomate. Así lo señala el jefe de cocina de Kume Restaurant Club de Benalmádena, Sergio Jiménez, un establecimiento que basa su oferta en la cocina internacional y fusión, “por ejemplo hemos usado el yogur de remolacha a modo de salsa, que se encuentra elaborado con caramelo de remolacha y al que se le añade yogur griego e incluso un toque de soja, así como el de maíz, con un triturado del mismo al que se le incluye el yogur”.
“Se trata de yogures salados, a los que no se le aporta azúcar y que son un perfecto acompañamiento para determinados platos como salsas”, y en el caso anterior el yogur de maíz se convierte en el complemento perfecto para el salmón, mientras que el yogur de remolacha es el idóneo para determinadas carnes, como puede ser la de pato.
Salsa tzatziki
Y es que ya desde hace bastantes años nos estamos acostumbrando a esa combinación entre estos productos lácteos y los vegetales y un claro ejemplo de ello es la salsa tzatziki, que nació en la cocina griega y turca. Es una de las fundamentales a la hora de preparar los kebabs, y se encuentra elaborada a base de yogur y pepino, añadiéndole además jengibre y ajo para darle ese sabor especial e inconfundible “que es perfecto para dipear en la cocina hindú o que también se puede encontrar en la preparación de las ensaladas”.
Cada vez más, los paladares de nuestra tierra se están haciendo a esta combinación de sabores y a la versatilidad que admite esta preparación láctea, “y uno de los ejemplos más claros es el mítico yogur de foie, que ya se puede encontrar en la carta de muchos restaurantes, de un sabor salado, y que está teniendo mucho éxito”, ideal para aperitivos y entrantes, y al que se le puede dar un toque afrutado con mango, mandarina o manzana.
También están de moda los yogures veganos, con productos como las semillas o los frutos secos, como las almendras, o los yogures escurridos, que no son cuajados y se usan para determinados postres, incluso para aromatizarlos. Precisamente en esta última variedad nos encontramos el shrikland, procedente de la cocina india, que se aromatiza con especias como cardamomo o azafrán, y al que se le puede incluir tanto fruta fresca como frutos secos, entre ellos el mango, el coco o las almendras.