Zanahoria morá: edición limitada en los campos cueveños

zanahoria

De ella se comenta que es la hortaliza más ‘trendy’ de la huerta malagueña, que previene el envejecimiento por su poder antioxidante, protege de enfermedades cardiacas, potencia el sistema inmunológico… ¿Cómo puede ser que haya permanecido décadas y décadas bajo tierra o, a lo sumo, en la mesa de los pequeños agricultores y sus familias? Zanahoria morá, ¿dónde has estado todo este tiempo?

Las señas de identidad y el domicilio de esta peculiar raíz –parte comestible de la planta– no han variado en los últimos 13 siglos, que se dice pronto. 1.300 años semi oculta en Cuevas Bajas, al noroeste de la provincia de Málaga, hasta que dos empresarios de la comarca Nororiental supieron ver el valor de la zanahoria morá más allá de ser alimento para su propio consumo. “La conocíamos de siempre y vimos el potencial que tenía”, explican Enrique Cuberos y Juan Francisco Pedrosa, de Esali Alimentación.

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Esta empresa va camino de cumplir tres años trabajando este cultivo “muy artesanal y delicado, apenas industrializado”, señalan. Empezaron a profundizar en él en 2014 y van a cerrar 2016 con una producción de 150 toneladas. Todo ello en apenas cinco hectáreas habilitadas para su producción hasta el momento, una cifra que, teniendo en cuenta las buenas ‘críticas’ que está recibiendo, seguramente pronto se aumente.

La importancia que ha ido adquiriendo la zanahoria morá en Cuevas Bajas le ha hecho merecedora de una fiesta en su honor que se celebró hace apenas una semana y que va ya por su 12ª edición. El primer domingo de diciembre se le hace una suerte de homenaje donde se degustan embutidos, se sirven vinos malagueños y se preparan migas con zanahoria morá, una de las recetas en las que se está utilizando.

Es de sabor suave y dulce, a la vista muy llamativa por sus muchas tonalidades de morado que le dan el nombre. Como señalamos antes, las migas es sólo uno de los platos a los que se ha incorporado pero no cabe duda que los agricultores han despertado tarde pero bien… muy bien.

Podemos consumir la zanahoria morá en formato ‘snack’; líquida, en vinagre balsámico o caramelizado; con las tostadas en mermelada; granulado, como aderezo de verduras, pescados, carnes, postres; y ahora se está introduciendo una ginebra y una cerveza a base de esta hortaliza.

De todo ello, tanto de sus elaborados como de la raíz en fresco, por así decirlo, surgen recetas como el frito de zanahoria morá, cremas, pastel de zanahorias, en ensaladas, timbal de calabacín relleno de paté de ‘morá’ y un largo etcétera. Mil y una aplicaciones para disfrutar de las mil y una cualidades beneficiosas para nuestra salud.

Original y saludable: Por qué incluirla en la dieta

Aporta vitaminas A, B, C y E y minerales, por lo que sus propiedades antioxidantes son muy destacables, hasta seis veces superiores a la zanahoria naranja. Contiene carotenoides que la convierten en uno de los alimentos cuyo consumo se recomienda para prevenir el cáncer de mama. Protege de enfermedades cardiacas, fortalece el sistema inmunológico, tiene propiedades antiparasitarias –pudiendo actuar así para prevenir ciertos tipos de tumores– y es un buen producto anti envejecimiento, beneficiosa para la piel por los citados antioxidantes.

No le falta de nada. Quienes quieran mantener la línea el próximo año deben saber que su valor calórico es muy bajo –aproximadamente 33 calorías por cada 100 gramos. Difícil no caer rendidos ante este cultivo ‘Edición Limitada’ de Cuevas Bajas que empieza a ser consciente de su potencial. Aquí estaremos para contarlo.

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