El despertar de la uva Romé

La variedad de uva Romé es una uva autóctona de la comarca de la Axarquía. Sólo se utiliza y está regulada en la Denominación de Origen Sierras de Málaga. Es una uva tinta y de producción escasa. En el Consejo Regulador hay inscritas 4,5 hectáreas de viñedo, de las cuales 2,54 están en la Axarquía y 1,96 en Ronda. En la Axarquía, la mayoría de esta superficie es viñedo histórico (más de 20 años), como el resto de viñedo de esta comarca, donde las tintas son una minoría y apenas un diez por ciento es de nueva plantación. En Ronda toda la superficie pertenece a una explotación de nueva plantación.

Con esta uva se elaboran de partida vinos tintos o rosados de la DOP Sierras de Málaga. Los rosados salen al mercado como monovarietales (técnicamente cuando una variedad supone más del 85 por ciento del vino). Los tintos son ensamblados con otras variedades tintas. En resumen, podemos encontrar en el mercado unas 15.000 botellas de vino que incorporan uva Romé. Es una uva de la que se saca un vino excelente con un sabor muy peculiar.


Los racimos de esta uva tinta son poco compactos y de tamaño mediano. Se presentan en bayas pequeñas y redondas. Soportan bien las altas temperaturas de la zona y son sensibles a los ácaros y el oídio.

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Esta uva es especial porque es la única variedad tinta autóctona de Málaga y la única variedad tinta que siguió explotándose después de la filoxera de 1874. Este hecho ha propiciado que hasta hace apenas 15 años pasara desapercibida entre la Moscatel y la Pedro Ximénez, las uvas principales de la provincia de Málaga.

Pero esta rareza, junto al reconocimiento en el año 2000 de la DO Sierras de Málaga para los vinos tintos, rosados y blancos, así como el interés reciente del mercado por vinos distintos y singulares, ha propiciado que las bodegas pongan el foco en esta uva, según explica a Agro el director de Calidad del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga, Javier Aranda.


Como variedad, está adaptada al clima mediterráneo seco, es poco productiva, pero de alta calidad. Su principal característica enológica es la poca carga de color de sus hollejos y la heterogeneidad en el envero (cambio de color en la maduración) que propicia vinos de color poco intenso. De ahí que el primer destino dado por las bodegas fuese como rosado, y los tintos se destinen al coupage. Sin embargo, las bodegas siguen trabajando esta variedad para su destino final como tinto, y el resultado es que este 2019 ya ha salido al mercado un vino monovarietal de Romé.


Sus vinos suelen ser de baja intensidad de color (ya sea en tono rojizos o rosados), en nariz destacan las notas a frutas rojas y flores, y en boca su acidez, resultando vinos frescos y aparentemente ligeros. Estos vinos están destinados a personas que sepan apreciar las peculiaridades de la uva Romé, que sepan valorar el origen, el producto y el tratamiento casi artesanal, factores que impiden que la producción sea a gran escala.


Antiguamente esta uva se utilizaba para dar color a los vinos dulces. Pocos vinos hay en el mundo elaborados con esta variedad, “dado que está casi en peligro de extinción”, según relata Vicente Inat, de Viñedos Verticales, bodega que ha producido El Camaleón, elaborado con uva romé. “Es una variedad escasa, nuestra, autóctona, exclusiva y pensamos que podría ser muy interesante”, destaca Inat, quien concreta que “una de sus particularidades es que, dentro de un mismo racimo hay bayas totalmente enveradas, otras que lo están parcialmente y otras que no lo están. Y ahí es cuando les surgió la idea del nombre, “por esa variedad en la apariencia y porque la Axarquía es la mayor reserva de camaleones de toda Europa”.

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