Málaga es provincia de vinos y cada vez, por fortuna, más restaurantes ofrecen a sus clientes vinos de la tierra. También van siendo más conocidos y apreciados fuera de nuestra provincia. El intenso trabajo y esfuerzo de nuestros viticultores y bodegueros tiene mucho que ver, pero también la promoción que se hace desde el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga, y desde Sabor a Málaga, la marca agroalimentaria de la Diputación Provincial.
Tradicionalmente Málaga se asociaba con los vinos dulces, pero con el paso de los años y la transformación del sector, nuestro territorio puede competir perfectamente en otras variedades: vinos tintos y blancos de elevada calidad que podemos adquirir en tiendas especializadas o degustar en restaurantes de más nivel.
Las variedades de uva más conocidas aquí son la Moscatel y la Pedro Ximénez, si bien es cierto que cada vez hay un creciente interés por elaborar vinos con otros tipos de uva, de menor producción y autóctonas de la zona, aportando un valor añadido a los vinos de esta tierra.
La Doradilla es una uva blanca de muy escasa producción, “ya que ha caído sustancialmente la superficie dedicada a esta variedad y que únicamente podemos encontrar en la comarca Norte de Málaga, concretamente en la localidad de Mollina, aunque antiguamente se hallaba en otras zonas de la provincia”. Así lo explica a Agro Magazine el secretario general del Consejo Regulador de las DO Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga, José Manuel Moreno.
La planta de la Doradilla es resistente, es precoz en su brotación y los pámpanos, cuando nacen, tiene cierto vigor. Muchos autores la relacionan con la variedad plateada Jaén. Los rendimientos que se obtiene de esta planta son de tipo medio, dependiendo en muchos casos del tipo de suelo que tienen, según relata.
Esta tipología de uva “no es excesivamente aromática pero sí sutil, aparece de una manera elegante, aportando toques salinos muy agradables. No es una uva corpulenta pero sí muy personal «, señala el experto.
La Doradilla se encuentra en Málaga y también el Centro IFAFA ‘Rancho de la Merced’, en la finca experimental de Jerez de la Frontera, que alberga una colección de variedades de vid de toda Andalucía.
¿Por qué no es tan conocida la Doradilla? Moreno responde que nunca ha sido una variedad comercial al cien por cien al ser autóctona. Ante la fortaleza de la uva Moscatel y la Pedro Ximénez desde hace un siglo en la provincia, la Doradilla quedó en un segundo plano.
¿Qué está pasando actualmente? Que se observa que el consumidor actual reclama un valor añadido a los ditintos vinos. Da un valor especial a la personalidad de los vinos que está asociada al terruño, el factor que otorga al vino la cualidad de ser diferente.La Doradilla la encontraremos en vinos DO Sierras de Málaga, de forma monovarietal, únicamente con esta uva, o ensamblando con otras variedades.
En el primero de los casos tenemos el vino ecológico Monte Espejo Cepas Viejas, de la Cooperativa Virgen de la Oliva. La fermentación se hace en barrica de roble (al estilo francés) en lugar de acero inoxidable. Fermenta en esa barrica, donde se mantiene 8 meses y removiendo de vez en cuando para homogeneizar, dando como resultado un vino aterciopelado y cálido.Como resultado de ensamblar la doradilla con otras variedades de uva, citamos el vino La Raspa, de Viñedos Verticales. Aquí se mezclan Doradilla y Moscatel Alejandría. En este caso, para su elaboración se fermenta cada una de las variedades por separado, de manera espontánea y en pequeños depósitos de acero. Una vez finalizada la fermentación se ensambla y se cría durante 5 meses en trujal de hormigón.