“Desde La Carta Malacitana trabajamos para incluir en los colegios la importancia de la cultura alimentaria”.
Casi diez años de historia marcan ya el trabajo de La Carta Malacitana a favor del patrimonio cultural alimentario y los recursos gastronómicos de Málaga como seña de identidad de una cultura asentada en el Mediterráneo. Manuel Maeso, uno de los promotores del colectivo dejó paso hace unos meses a Antonio Carrillo, docente en el Hotel Escuela Convento Santo Domingo de Archidona, quien trabaja junto a su equipo en un plan estratégico que siga defendiendo la cultura alimentaria. Mientras, el colectivo continúa con sus ciclos y conferencias para seguir promocionando a los productores locales y el trabajo que realizan.
¿Cuáles son los orígenes de La Carta Malacitana?
Esta Asociación Cultural nace en 2008 como consecuencia de la preocupación de algunos intelectuales y profesionales malagueños por el estado en que se encontraba nuestro «patrimonio cultural alimentario». Es así como nace «La Carta Malacitana», una asociación ciudadana de carácter cultural para la defensa del patrimonio gastronómico malagueño y la promoción del estilo de vida mediterráneo, promovida por el profesor Manuel Maeso, entre otros.
¿Con qué valores, compromiso y seña de identidad trabajan?
Tenemos un decálogo de valores y compromisos con el que reflejamos nuestro trabajo, desde introducir la cultura alimentaria en el sistema educativo, hasta apoyar las producciones locales, ecológicas y artesanas, pasando por amparar y proteger a los productores y consumidores ante los abusos especulativos del mercado alimentario y consensuar y coordinar políticas alimentarias en la provincia de Málaga.
¿Cuál ha sido la aportación que la asociación ha realizado a la sociedad malagueña en materia gastronómica y alimentaria?
Este curso es la novena temporada que LCM celebramos junto con el Ateneo el «Ciclo de Conferencias de Cultura Alimentaria». A lo largo de todos estos años se han tocado multitud de temas relacionados con la enseñanza, la salud y la cultura alimentaria en general. También celebramos el ciclo de tertulias sobre productos locales en El Pimpi, donde mensualmente presentamos un producto local, poco conocido, y que pretendemos ayudar a posicionar en el mercado, como ejemplos la zanahoria morá de Cuevas Bajas, ginebras locales, los jamones de la serranía de Ronda (especiales por la alimentación del cerdo con bellota), los productos de la cabra malagueña, las variedades de quesos locales y muchos otros más. También colaboramos con ayuntamientos y colectivos empresariales en la organización de fiestas y eventos sobre gastronomía local y concursos de cocina, como son Casabermeja, Rincón de la Victoria, Archidona y Cuevas Bajas, entre otros.
Usted ha recogido el relevo por parte de Manuel Maeso, que ha estado al frente durante ocho años. ¿Cuáles son los proyectos y novedades que se ha planteado implantar durante su mandato?
Tenemos cuatro años por delante para continuar con las actividades actuales que hacen que LCM sea reconocida en la sociedad malagueña por la defensa de nuestro «Patrimonio Gastronómico», desde la divulgación y promoción de productos locales hasta la difusión de las ventajas de nuestra «Alimentación Mediterránea». Los próximos objetivos deben suponer un salto cualitativo y cuantitativo, es decir, seguir difundiendo nuestra cultura alimentaria, pero también influir en la sociedad mediante la realización de intervenciones prácticas y reales que incidan en los sistemas educativos y profesionales, contando para ello con el apoyo y/o la colaboración de entidades públicas y privadas. Nuestra red de empresas protectoras, desde productores a distribuidores y restauradores, es un instrumento excepcional para poder alcanzar estos objetivos. También es necesario ofrecer ayuda y pedir colaboración a otras asociaciones y entidades con las que coincidimos en lo fundamental y con las que pretendemos formar un frente común para beneficio de la ciudadanía malagueña. La constitución del «Consejo Consultivo de LCM» en el que estarán personas notables de diferentes profesiones e instituciones, como son la salud, la gastronomía, la enseñanza, la cocina, la enología, etc., servirán de iluminación y evaluación de nuestra actividad.
¿Cuáles son las nuevas áreas de trabajo que han surgido con la nueva directiva y qué objetivos tendrán?
La junta directiva de ahora es una continuidad de la anterior con la incorporación de profesionales de reconocida trayectoria y prestigio en numerosas actividades relacionadas con la Cultura Alimentaria. Quiero resaltar su alto nivel de compromiso social, profesional y personal. Estamos trabajando en un «Plan Estratégico de Trabajo» que presentaremos en cuanto esté terminado.