En el paseo marítimo de Mezquitilla, en Algarrobo Costa, y con vistas a la playa, nos encontramos con el mejor lugar para degustar platos biosaludables, que heredan la esencia de esas recetas tradicionales donde se desprende la influencia italiana. En Chiki Beach Club nos encontramos con un concepto distinto del tradicional chiringuito, un espacio acogedor donde su cocina ofrece una selección exquisita en carnes y pescados así como opciones para vegetarianos y veganos, con deliciosas ensaladas, pastas y pizzas. Entrevistamos a Antonio Murgia, gerente de Chiki Beach Club BioRestaurante.
¿Desde cuándo se encuentra Chiki Beach Club aquí, en Algarrobo?
Empezamos aquí en Andalucía hace cerca de dos años, pero el proyecto nació en Italia, cerca de Roma, donde nace mi primer restaurante de estilo biológico en 2009. Después abrimos uno en Mallorca, el segundo con ese mismo estilo y éste empezó en febrero de 2017.
¿Y qué nos ofrece dentro de su oferta gastronómica como biorestaurante?
Ofrecemos platos con productos biológicos de la Axarquía, de hecho lo sacamos de un huerto que tenemos en el chiringuito así como de fincas de la comarca. Nuestra idea es buscar proveedores locales que sean ellos mismo los que te entregan los productos, y eso me permite ofrecer platos saludables a unos buenos precios. Tenemos pizzas, pastas, ensaladas, así como pescado y carnes biológicas. Nuestro chiringuito es muy familiar, con una cocina biológica mediterránea de inspiración siciliana, ya que muchos platos que tenemos allí son incluso parecidos a la cocina andaluza. Son menús inspirados en las recetas de la abuela, con mezcla de ambas culturas, con productos caseros, la pasta está hecha en casa, por ejemplo, así como el pan. Somos distintos de los otros chiringuitos de la zona, de los que ofrecen pescaíto frito. Además tenemos platos para celíacos, veganos y vegetarianos, por lo que aquí hay muchas opciones tanto para los que buscan carne o pescado como los que prefieren otras opciones. Tampoco usamos lácteos animales, son todos de origen vegetal.
Si tuvieras que destacar algún que otro plato dentro de vuestra carta, ¿cuáles serían?
Pues tendríamos la tostada con queso de cabra, peras, almendras de Mallorca y miel así como los raviolis de aguacate, con pesto de albahaca y pistacho, parmesano y tomate fresco; que son los que nuestros clientes suelen pedir más.
¿Y vuestro perfil de cliente cuál sería?
Sobre todo muchos extranjeros, porque están acostumbrados desde hace muchos años a comer bio, que gastan algo más y que quieren cuidarse, comer bien pero sin un menú pesado; que se han cansado de la oferta clásica del chiringuito y quieren una opción distinta.
Ante las fechas navideñas también ofrecéis menús especiales…
Sí, tenemos el 25 de diciembre el menú de Navidad y el 31 tenemos la cena de Nochevieja. Además, también tenemos comidas de empresas para estas fechas; así como otras posibilidades como bodas, cumpleaños, etc.
¿Cómo se transmite ese carácter familiar en vuestro local?
Ponemos mucho cariño y amor en nuestra cocina y servicio, y de ahí ese estilo familiar. Cuando el plato sale, tiene que percibir el cliente algo diferente, por ejemplo se nota en el uso de flores comestibles. Que tenga la sensación de que se encuentre como en casa, bien cuidado por quien lo atiende y que los cinco sentidos se involucren en esta experiencia.
También realizáis distintas actividades aquí…
Sí, ofrecemos otras opciones además del restaurante, tenemos clases de cocina, yoga y meditación, así como intercambio de idiomas e incluso taller de manualidades.
¿Tenéis pensado seguir creciendo?
Sí, queremos crecer y expandirnos. Tenemos un foodtrucks donde servimos comida a domicilio en fincas privadas o en eventos que se den cita foodtrucks, que de hecho es el primero ecológico en Europa.