“Quiero que sea un hotel cercano, humano y, por supuesto, familiar”
Joaquín Aguilera es un empresario de origen sevillano (natural de Écija) aunque afincado en La Axarquía desde hace casi treinta años. Cuenta con una dilatada trayectoria en hostelería y restauración. Una experiencia que desea transmitir al Hotel Rural Los Caracoles, de cuya gestión se hizo cargo el pasado mes de julio. Este pintoresco establecimiento goza de un entorno único en pleno parque natural Sierra Almijara y Tejeda. No obstante, su principal virtud son sus incomparables panorámicas del Mar Mediterráneo y las localidades vecinas de Nerja y Frigiliana. Además, destaca las propuestas gastronómicas de su restaurante: «Hemos empezado con un estilo internacional, un poco, para todos. Y, dependiendo de la estación, iremos cambiando la carta», dice. Pasen y vean…
El pasado mes de julio asumía la gerencia del Hotel Rural Los Caracoles, desde entonces, ¿qué cambios se han operado en el establecimiento?
Pues, para empezar, se ha instalado aire acondicionado en todas las habitaciones, que no tenían hasta entonces. Hemos renovado colchones, juegos de cama, almohadas, edredones, en cuanto al equipamiento de las habitaciones. Todavía estamos de obras en la piscina adaptándola a los usuarios con discapacidad. Durante el verano, para mitigar un poco la falta instalamos un jacuzzi para que los clientes.
¿Qué espíritu quieres imprimir a este proyecto, cómo quieres que sea este hotel en el futuro?
Intentamos que no sea un hotel que aprovechemos al máximo para ganar dinero. Esa no es nuestra idea. Queremos que sea un establecimiento más humano, cercano al cliente y, por supuesto, más familiar. Que se sienta como en su casa aunque, al mismo tiempo, sea algo diferente. De hecho, me acerco todos los días a la hora del desayuno para conocer personalmente a los clientes, ver las necesidades que tienen. Estoy bastante involucrado.
Es un hotel típicamente rural cuya demanda fuerte arranca a partir de ahora, ¿no es cierto?, ¿qué perspectivas tiene la nueva temporada?
Si. Efectivamente. En general, confiamos en que sea buena. Lógicamente, con tantos cambios no sé realmente cómo afectará a la demanda. De todas maneras, el verano ha sido un poco raro. No sé si el público ha elegido otros destinos a los que antes no iba. De todos modos, tenemos confianza.
Lo que más llama la atención es su peculiar estilo arquitectónico, ¿no es verdad?
Bueno, al margen de esa arquitectura singular que comenta, el hotel destaca por sus increíbles vistas. Desde las ventanas y las terrazas del complejo, se divisa toda la Sierra de Tejeda y Almijara, Frigiliana, Nerja y el mar Mediterráneo. Cuando hay luna llena, su luz blanca se refleja perfectamente sobre las aguas y constituye un magnífico espectáculo. Otra virtud es el sosiego que encuentras. Si llegas estresado, en apenas una hora, tu cuerpo y mente se relajan y olvidas todo lo que traes. Un entorno sin un solo ruido y con una paz increíble.
¿Qué es lo que más valoran los clientes?
Lo que más nos destacan son esas vistas y la gran tranquilidad que inspira.
¿Actualmente qué plazas hoteleras tiene?
Seis habitaciones y cinco bungalows, además de un interesante restaurante.
¿Qué cocina se practica en el restaurante?
Hemos empezado con un estilo internacional, un poco, para todos. Y, dependiendo de la estación, iremos cambiando la carta. Ahora, que llega la temporada de otoño-invierno, introduciremos carnes de caza y guisos que pegan más con el frío.
¿Qué tipo de huésped tenéis?
En verano, predomina el turismo nacional, mientras en invierno vienen más extranjeros. Principalmente, holandeses y, sobre todo, nórdico que son usuarios a los que les apasiona la naturaleza y el senderismo. Hay diversas rutas que conectan con la sierra cercana. También pueden practicar la fotografía porque el entorno es asombroso. Incluso cuando hay tormenta y aparecen las nubes sobre los montes.
¿Al margen de la actividad hotelera, desempeña otros negocios?
Pues sí. Concretamente en Nerja, gestionamos cuatro restaurantes. Tengo amplia experiencia en hostelería aunque, debo decir, que nunca se termina de aprender. Y aquí, en el hotel, estoy descubriendo cada día cosas nuevas.