“Sentía que era el momento de tomar mi camino propio»
Marisquería El Kilómetro es la nueva apuesta de Lourdes Peláez, toda una veterana de los fogones en la zona de La Caleta, en Vélez Málaga. Perteneciente a una familia vinculada desde siempre al pescado de la Bahía, ha iniciado un proyecto en solitario. En él, ha puesto todo su cariño y una experiencia de casi 40 años labrada en las cocinas. Nadie como ella sabe darle el punto exacto al pescado, toda una ciencia. Al mismo tiempo, se ha propuesto recuperar una cocina tradicional donde todo es artesanal y de elaboración propia.
Háblenos un poco de los orígenes, ¿por qué El Kilómetro?
A principios de los 60’ mi madre tenía en su casa un despacho de vinos y comenzó a servir comida. Poco a poco, fue ganando popularidad y, entre 1973 y 75, se amplió el negocio. Mi tío trabajaba en la longa y nos traía el pescado. El establecimiento estaba en primera línea de playa, concretamente en la nacional 340. Justo en la puerta de casa había un hito que marcaba el Kilómetro 280. Y cuando la gente quería ir a comer pescaíto simplemente decía “vamos al kilómetro”. Y así se quedó.
¿Entonces tiene una larga experiencia en los fogones?
Fíjese, cuarenta años trabajando. Desde muy joven. Primero con mis padres, luego con mis hermanos y ahora he iniciado este proyecto en solitario. Las mujeres estábamos siempre dentro, en la cocina, un poco a la sombra como digo yo. Y sentía que ya era el momento de tomar mi propio camino. Y esta marisquería, que lleva el nombre original, abrió sus puertas el pasado diciembre.
¿Su carta es muy marinera y propia de La Caleta?
Nuestra carta ofrece, sobre todo, pescado fresco de la bahía, tanto frito como a la plancha o a la brasa. Utilizamos muy buena materia prima y manipulando lo mínimo el producto. Siempre, claro, dándole el toque de los fogones y lo que te aporta la experiencia. También tenemos unas tapas de elaboración propia que he rescatado del tiempo de mis padres como las Sardinas en Aceite, el Pescaíto en Escabeche, etc.
¿El secreto para un buen pescaíto frito?
Pues poner en la mesa lo que tú pondrías en la tuya. Si es buena materia, perfecto; y si la elaboras con cariño, mucho mejor. Además, utilizamos productos de la zona y de temporada. Por ejemplo, mango de la Axarquía, frutas de temporada. Le pongo un ejemplo, las salsas y los postres son todos caseros.
¿Encontramos algún plato de cuchara?
Además del pescado y marisco, intento poner un plato del día. El cuchareo también es importante. Y me gustaría que tuviera más protagonismo. Si vienes cualquier día, puedes encontrarte con un Gazpachuelo de Pescaíto, unos Garbanzos con Pulpo, o unas Papas con Choco. Y, por supuesto, arroces marineros previo encargo.
¿Qué destacaría de la nueva marisquería, su nueva apuesta?
Es pequeño y acogedor. Como el saloncito de una casa, decorado con cuadros al óleo. Eso es lo que quería. Que cuando el cliente venga se sienta como en casa. No quería demasiadas bullas y voces. Esto me permite dar un trato más personal y cercano. Y, en la sala, tengo la ayuda de Miguel, mi pareja, también con experiencia en el negocio.
Después de muchos años con la familia, se atreve con un negocio en solitario. ¿Qué le movió a ello?
Como ya le he dicho, las mujeres siempre estábamos dentro, en la oscuridad de los fogones. Y considere que era mi turno y que tenía que seguir mi propia senda. Muy contenta, la verdad.