Si hablamos de Idígoras y Pachi, a todos nos vienen a la mente sus inconfundibles viñetas, reflejo de episodios históricos de nuestro país y de personalidades políticas desde un punto de vista del humor más ingenioso y castizo. Una de las dos patas de ese tándem es Ángel Idígoras, que inició su actividad profesional en el año 1986 y cuyos trabajos, en los que se nota la influencia de su Málaga natal, hemos visto publicados en periódicos como Diario Sur o El Mundo o la revista satírica El Jueves. Amante de caminar por la capital malagueña y dejarse sorprender por sus calles y sus rincones, la capital malacitana pasa a ser también una fuente de inspiración en sus creaciones.
Desde hace más de treinta años lleva dedicado al humor gráfico, ¿cómo ha cambiado el panorama en todo ese período?
Han cambiado muchos matices por el paso del tiempo. Cuando empecé me pilló una época que daba mucho juego a la hora de dibujarla, porque teníamos a personajes con carisma, gente que aprendía a vivir en democracia con una importante explosión de libertad. Había personajes como Felipe González, Manuel Fraga, Jesús Gil que eran muy recurrentes y quizá ahora no hay tantos que den ese juego. Además, ahora hay mucha más susceptibilidad y se llegan a interpretar aspectos y situaciones en las viñetas que no se habían querido plasmar en ningún momento, sobre todo porque hay ciertos grupos que extrapolan ciertas circunstancias o situaciones dibujadas como si fueran directamente contra ellos.
¿A qué cree que se debe a esa falta de personajes dignos de ser caricaturizados?
Quizá porque ahora se cuida y da más importancia a la imagen externa que al intelecto, y ahora los mensajes son algos más sosos. Antes había mucho más ingenio y se veía en las riñas en el Parlamento, se notaba un discurso también mucho más inteligente de los políticos en aquel momento, de todos los partidos.
Y por supuesto los de Málaga con especial hincapié, ¿cuáles son sus favoritos?
El alcalde Francisco de la Torre da bastante titulares muy graciosos y por tanto muy buenas ideas, Al Thani o Celia Villalobos también por ese estilo campechano da muchas viñetas.
Si tuviera que resumir Málaga en una viñeta, ¿cómo sería?
Sería bastante difícil, quizá reflejaría el ser una gran ciudad con la esencia y carácter de su gente. Una vez me encontré un señor que me dijo que la ventaja de Málaga es que paseando podías cruzarte con un primo tuyo que no veías desde hace diez años, y que, si te caía mal, que no te preocuparas porque seguramente no lo ibas a ver hasta otros diez años después. Es una ciudad que ha crecido bastante en estos últimos años, en turismo, en oferta cultural con sus diferentes museos,…
Centrándonos en la ciudad de Málaga con su gastronomía y oferta de restauración, ¿qué sitios le gusta visitar?
Pues hay un restaurante al que voy con frecuencia por tres motivos, que se come bien, es de un amigo mío de hace mucho tiempo y porque hay un rincón con algunos cuadros míos que son trabajos distintos a los que publico: el Mesón Mariano en calle Granados. Allí me gusta tomar, especialmente, las alcachofas y el gazpachuelo, también su especialidad en chivo, aunque me estoy volviendo ahora más vegetariano.
¿Y de vinos, alguna preferencia?
Tengo que decir que no soy muy entendido en vinos, pero me gustan los de las bodegas de Mollina, que allí he hecho el cartel y el pregón de la Feria de la Vendimia y me han regalado algunos, muy deliciosos, por cierto. En ese sentido, me dejo guiar por los bodegueros de allí.
¿Qué lugar de la ciudad le recomendaría a los lectores de Agro?
Soy bastante caminante, me gusta y además lo hago también por salud, y sobre todo me encanta callejear por Málaga, para después dibujar esos rincones. Cuando me canso, me siento en un bar y dibujo, tengo incluso pensado hacer una recopilación que podría ser algo así como ‘Málaga vista desde los bares’. Cuando no me viene la inspiración para alguna viñeta me gusta callejear por Málaga para encontrarla, y también la playa por la noche me relaja mucho.
–
Foto: Lorenzo Carnero