En pleno centro de Málaga junto al Paseo Larios, nos encontramos con dos referentes en la oferta gastronómica y de restauración en la ciudad: La Taberna de Monroy y la Vinoteca de Moreno, haciendo homenaje a la calle donde se ubican, Moreno Monroy. Platos de un gran arraigo en Córdoba con influencias más vanguardistas son los que nos encontraremos en la mesa, como puede ser el salmorejo, croquetas de rabo de toro o los flamenquines y unido a una oferta exquisita de vinos con una amplia presencia de Málaga; lo hacen los locales ideales para disfrutar de una experiencia para los sentidos. Entrevistamos a Alejandro Fernández y Carmen Pozo, gerentes de La Taberna de Monroy y La Vinoteca de Moreno.
¿Cómo nacen La Tarbena de Monroy y La Vinoteca de Moreno?
Todo parte de finales de 2015, ahorramos un dinero cuando estuvimos en Londres y decidimos venirnos aquí a tener nuestro propio negocio. Empezamos en calle Martínez Maldonado, somos de Córdoba y vimos la oportunidad en Málaga por el turismo y por ser una ciudad en auge, con el concepto de Tapas y Pintxos Terral Gastrobar. Hicimos primero los platos que ofreceríamos en gastrobar, en una primera versión más pequeña en tapas y pintxos, y haciendo guiños a lo que sería el propio gastrobar eliminando el primer concepto y pasando a ser Gastrobar Terral. Fue un concepto más arriesgado pero que fue adquiriendo mucha popularidad, sobre todo entre los extranjeros y además nos posicionamos muy bien en TripAdvisor. Después nos trasladamos al centro histórico, porque aquel establecimiento se nos quedó pequeño, y en junio de 2017 fue cuando nos mudamos a calle Moreno Monroy, con la Taberna de Monroy y luego llegó su extensión con la Vinoteca de Moreno a los seis meses.
¿Qué diferencia a ambos locales?
Son lo mismo, ya que anteriormente comer en la Taberna de Monroy era imposible sin reserva ya que el espacio era para 25 comensales y la Vinoteca da espacio a 25 más, por lo que damos la oportunidad a que más gente pueda acudir. También para el tema de grupos para Navidad y celebraciones que es muy importante. Los dos locales también dan valor a una calle histórica y donde se pueden encontrar en ambos la misma carta.
¿Y qué platos ofrecéis dentro de vuestra carta?
Ofrecemos cocina tradicional cordobesa con toques modernos y actuales. Tenemos croquetas de rabo de toro, flamenquines con jamón ibérico al que le damos un toque con pimiento verde y que queda muy tierno, el salmorejo cordobés lo tenemos todo el año en carta… Cuando está la temporada de alcachofas preparamos el plato que llamamos ‘Alcachofas entre Córdoba y Málaga la Bella’ porque usamos la base cordobesa de salmorejo y jamón ibérico y le damos una reducción de vino dulce moscatel de Málaga. Luego pasamos a platos modernos y más ‘chic’ como pueden ser los canelones de salmón, dentro de una cocina joven y en la que trabajamos mucho los sabores y donde se nota que prevalecen. En la mesa te encuentras con aceites Finca La Torre de aperitivo, que ha ganado varios años el premio a mejor aceite de España, o Único de Mondrón, y que eso es algo que el cliente valora de forma especial.
Y como vinoteca también tendréis una buena referencia en vinos…
Tenemos una gama bastante alta y directamente trabajamos con vinos crianza, y cuando viene la gente lo valora enormemente por la calidad / precio cuando se sirve la copa. Son vinos seleccionados en catas y que maridan perfectamente con la comida que servimos. En nuestro tiempo libre nos dedicamos a visitar bodegas para formarnos y que cuando vengan nuestros comensales disfruten de un buen vino. Contamos con muchos de Málaga, porque apostamos mucho por los de esta tierra.
¿Y en estas fechas qué plato recomendáis?
Tenemos un risotto de pulpo a la gallega, que es diferente y está espectacular; con pulpo de roca a la plancha y ya de hecho es un manjar así por sí solo. También está el secreto ibérico 100% de bellota, con un sabor y calidad inconfundible, con jamón ibérico, patatas y pimiento verde. También tenemos un queso gran reserva de Tomelloso y acompañado de un buen tomate de temporada, el huevo de toro malagueño, y un buen aceite en mesa. Las cosas más sencillas suelen ser las más ricas. Y podemos probar también la ensalada Monroy, una ensalada clásica con nueces, manzana, toque de bacon crujiente y con queso President. Y las croquetas de rabo de toro, que tenemos gente de Barcelona, País Vasco o Santander que ha venido aquí y nos dicen que son las mejores que han probado.
¿Cuál es el perfil de vuestra clientela?
El 80% de nuestra clientela cuando estábamos en la zona de Las Chapas era extranjera, y pensamos que en el centro histórico sería el entorno ideal para ese tipo de cliente y de mercado, y de hecho seguimos manteniendo ese perfil.
¿Y cuál es vuestra meta en próximo años al frente de ambos establecimientos?
Este concepto ya se nos queda pequeño, y necesitamos una cocina más amplia y la evolución será terminando con un restaurante con más capacidad, ya que por ejemplo cada vez trabajamos con más referencias de vinos. Se fusionarán en uno y queremos trabajar también con carnes selectas a la brasa y contar con más espacio para la producción de otros platos como pastas o postres.