Diez joyas gastronómicas de Málaga

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Málaga es una de las provincias andaluzas con mayor diversidad gastronómica. Muestra de ello es su mesa, donde conviven platos del mar y del campo. La provincia entera es una fiesta en la mesa que está a la altura de los paladares más exigentes. El viajero seducido por la gastronomía encontrará en Málaga infinitas posibilidades para saborear la esencia de una cocina mediterránea con identidad propia. Elecciones hay muchas, pero hay algunas que el visitante no debe dejar pasar por alto si quiere degustar lo más auténtico.

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Espeto de sardinas. Es el rey de la mesa en los meses de verano. Las sardinas se disponen en espetos y se asan en las brasas sobre una barca durante unos minutos para que conserven todo su jugo y sabor salino. Un plato muy sencillo y delicioso. Comer un espeto de sardinas junto al mar es una experiencia culinaria cien por cien malagueña. Mención especial merecen también los boquerones, fritos o en vinagre, otro de los pescados malagueños más famosos.

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Espetos.

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Porra antequerana. Es una sopa fría elaborada a base de tomate y otras hortalizas, decorada con taquitos de jamón serrano y huevo duro. Es típico de los pueblos de la comarca de Antequera, aunque se puede encontrar en cualquier restaurante durante todo el año. Otras sopas frías muy malagueñas son el ajoblanco, elaborado a base de almendras, pan cateto, ajo y agua, y el gazpacho, un plato de antiquísimas raíces sin el que hoy no podríamos pasar, sobre todo durante los días de verano.

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Ensalada malagueña. Una combinación muy apreciada elaborada a base de patata cocida, naranja, aceitunas, cebolla y bacalao con un buen aliño de aceite de oliva virgen extra y vinagre. Un plato refrescante y delicioso. Una recomendación también para la pipirrana malagueña, un picadillo de tomate, cebolla, pepino y pimiento, muy apetecible en verano. Ambas son estrellas entre los entrantes malagueños.

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Gazpachuelo. Es una sopa típica de la gente del mar elaborada a base de caldo de pescado, mahonesa con ajos, patatas y clara de huevo duro. Como en todos los platos, existen versiones, así que lo podemos encontrar también con gambas y almejas. En cualquier caso, además de ser una sopa muy famosa en Málaga, está deliciosa.

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Caldillo de pintarroja. La pintarroja es un pescado con el que se preparan muchos caldos de origen marinero. El caldillo de pintarroja se toma muy caliente y es picante. Se suele servir en vaso o en taza con un poquito de limón. Es estupendo tomarse un caldillo de pintarroja en la barra de cualquier bar, sobre todo, en los días que hace frío.

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Chivo lechal malagueño al horno. Es un plato muy tradicional en las zonas de interior. El chivo lechal malagueño es un alimento tradicional que se produce en Málaga a partir de cabras de raza malagueña. Se puede comer también en caldereta, a la pastoril o acompañado de guarniciones.

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Plato de los Montes. Nadie que venga por primera vez Málaga puede irse sin visitar el parque natural Montes de Málaga y degustar el plato típico: lomo en manteca colorá cortado en filetes o servido en taco, chorizo frito, patatas fritas, pimientos fritos y huevos fritos. Todo un manjar para los amantes del buen comer aun siendo un plato sencillo.

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Potaje de berza. Es el guiso más tradicional por excelencia. Tan consistente que puede comerse como plato único. Se come con su “pringá”, elaborada a base de carne de gallina o ternera y morcilla. Entre los guisos malagueños más tradicionales también se encuentran el potaje de hinojos, las sopas perotas o las sopas cachorreñas, un festival de sabores tradicionales del campo.

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Migas. Es un plato que se hace a base de pan, muy típico, sobre todo, en los meses de invierno, ya que es una comida consistente que también lleva chorizo y panceta. Algunas versiones incluyen morcilla. Pueden ir acompañadas de aceitunas, huevos fritos, pimientos fritos, granada o naranjas.

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Bienmesabe. Es un dulce de convento hecho con almendras, huevos, cidra y bizcochos de soletilla, entre otros ingredientes. En el apartado de postres malagueños también es obligatorio probar las tortas locas malagueñas, hechas con hojaldre y crema pastelera; las gachas, elaboradas con pan y harina; los borrachuelos, aderezados con vino de Málaga; y las tortas de Alagrrobo, hechas a base de almendra, aceite de oliva virgen y matalauva.

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