Alguien dijo alguna vez que para llegar a los lugares que realmente merecen la pena no hay atajos que valgan. Eso mismo debió pensar Encarna Carrillo cuando imaginó que algún día abriría su propio restaurante y se puso manos a la obra. Veintiocho años después, el tesón de Encarna y la estela que han seguido sus hijos tiene nombre propio: Marina Playa, un chiringuito con servicio de restaurante que se encuentra en Torre de Benagalbón y por el que pasan cientos de personas cada semana para degustar materias primas de primera calidad.
Corría el año 1990 cuando Encarna comenzó a cocinar para otros. Tapas, guisos caseros, arroces… Primero lo hacía en su propia casa, y cuando se dio cuenta de que la demanda crecía entre los clientes, cogió un local en el que siguió dando de comer a muchos vecinos de Rincón de la Victoria.
No fue hasta 1997 cuando abrieron La Marina, un restaurante de producto donde iba todo aquel que quería comer bien degustando productos de mucha calidad. Allí Encarna siguió elaborando los platos de siempre con su toque de cocinera experimentada, todo casero y sin artificio, apostando por el producto y lo que ahora llamamos cocina de mercado. Por aquel entonces, sus hijos ya se habían unido a ella en el negocio. Bernardo, Francis y Noelia han acompañado a su madre durante la mayor parte de esa aventura que supone abrir un restaurante, llevando su buen hacer a convertir su negocio en un referente.
El germen de lo que es hoy Marina Playa fue un kiosko de helados que regentaban en la playa también por aquellos años donde vendía también tapas y cervezas. Fue tal la demanda que en 2004 decidieron abrir el chiringuito, manteniéndolo a la par con La Marina hasta el año 2012. Fue entonces cuando decidieron cerrar su pequeño restaurante de doce mesas y apostar por Marina Playa en solitario. Y acertaron de lleno, tanto que el establecimiento ha ido creciendo con el tiempo, llegando a dar hasta 700 cubiertos diarios en los buenos fin de semana de verano.
Los pescados, los mariscos y los productos del mar en general son la gran especialidad de Marina Playa, platos que combinan con guisos tradicionales de la zona en los meses de invierno. Así los espetos, las cigalas, el arroz caldoso con bogavante, el rape a la marinera y el rodaballo con alcaparras conviven con el rabo de toro, las migas, los callos, el choto al ajillo y el cochinillo en invierno. Todo hecho con la sabiduría gastronómica que Encarna, ya jubilada, ha dejado a sus hijos después de tantos años al frente del negocio.
Además de todas estas especialidades, que son de las más demandadas por sus clientes, Marina Playa tiene una amplia variedad de pescados fritos y a la plancha, desde buchones de rosada al limón, boquerones y balacao hasta pintarroja, salmonetitos o pez espada… Los mariscos también ocupan un lugar importante, teniendo en carta conchas finas mejillones, ostras francesas y peregrinas, entre otras especialidades. Todo con la garantía de comer un producto fresco y seleccionado con atención.
El espacio a pie de playa y abierto todo el año (excepto enero y febrero que se van de vacaciones) cuenta con servicio de cocina ‘non stop’ de 12,00 a 00,00 h., una terraza chill out con barra de coctelería y una zona de hamacas con servicio de bar. En definitiva, todo pensado para que quien vaya a pasar un día pueda disfrutar de todo lo que necesite para descansar y comer bien. Incluso disponen de servicio de masajes para tomarse un momento de máxima relajación con vistas al mar y los domingos agasajan a sus clientes con un concierto de flamenco. Además, tienen todo lo necesario para realizar cualquier evento, desde una boda hasta una reunión de negocios. Sin duda, una visita obligada en la playa de Torre de Benagalbón de la que disfrutar de lo bueno y a unos precios por cubierto que van desde los 15 o 20 euros por persona. Y es que comer bien no está reñido con el bolsillo, al menos en el chiringuitoMarina Playa.