OCHO: la vida en un plato, el mundo en una copa

La pasión por la cocina y la buena mesa fueron determinantes a la hora de que Javier Cortés y David Perrin tomasen la decisión de abrir su propio restaurante, Ocho. Ubicado en el centro de Málaga desde hace año y medio, se ha convertido en un lugar de visita obligada para quienes quieran degustar el asado argentino. Pero no sólo eso, como buenos y declarados amantes de Málaga, su carta de vinos es un tesoro por descubrir con casi una veintena de referencias de bodegas de la provincia.


Javier es argentino y David tiene ascendencia británica y sueca. El primero
es el que se encarga de que todo lo que se hace en cocina salga perfecto. El segundo es el que pone la nota dulce de la carta con la elaboración de los postres y quien vela
por el servicio de sala. Ambos tienen alma de ‘foodie’ y no quisieron quedarse
ahí, de modo que se pusieron manos a la obra para darle a Málaga lo que ellos entendían que le faltaba gastronómicamente hablando.

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Ocho es un lugar coqueto en el que el comensal realizará un viaje gastronómico que comienza en el asado argentino y recorre el mundo a través de otras fusiones. Y es
que su oferta gastronómica va más allá del asado, ofreciendo también otro tipo de platos tradicionales argentinos como las empanadillas o los platos de cuchara. Para su carta han rescatado algunas recetas de la época colonial a la que Javier ha añadido una parte creativa. Los platos vegetarianos y veganos, así como las carnes frías con distintos tipos de maceración, el pato, el foie o las setas en otoño tienen también una fuerte presencia en la cocina de Ocho.


‘La vida en un plato. El mundo en una copa’, esa es la filosofía de este restaurante que se afana en tener siempre una materia prima de primera calidad y de hacer cuatro cambios de carta al año, uno por estación. Tanto el Black Angus que ofrecen como las especias y condimentos que usan en la cocina vienen importados directamente desde Argentina. ‘El resto de los productos que usamos es producto local, ya que en Málaga las frutas y verduras son de muy buena calidad’, comenta
a Agro Magazine, Javier.

De hecho, una de las entradas que más piden los clientes es el guacamole de berenjena asada. Se trata de una base de guacamole original, pero que cambia el aguacate por la berenjena asada al horno. Se condimenta igual y después se corona con un aguacate cortado en el momento, cebolla morada, zumo de lima y ají picante. Es un plato creado por Javier, como tantos otros. Los escalopines de magret de pato
Ferm’Adour al estilo primavera-verano es otro de las estrellas de la carta. Lo sirven con unas peras en almíbar de vino tinto, canela y clavo, acompañados de frutos rojos que previamente han sido salteados en la propia grasa de la carne. Este plato tiene
también su versión otoño-invierno.


Asado argentino
En la parte de asado argentino, la ‘Tira a la cordobesa’ es un corte poco conocido que Javier trabaja en el restaurante haciendo honor a Córdoba, la provincia argentina de donde es originario.


Quesos y postres
Destacan también un apartado de quesos, del que el 80 por ciento son elaborados en Málaga, y su carta de postres. Aquí es donde David lleva la batuta, rescatando elaboraciones familiares. Es el caso de su tarta de zanahoria con crema de mantequilla y limón acompañada de mermelada casera de zanahoria, una receta de familia de los años 20 que ya hacía su bisabuela. Tanto Javier como David son personas muy dinámicas a las que les gusta innovar y sorprender a sus clientes, por eso organizan catas de vino huyendo del formato tradicional.


‘Hacemos participar a los asistentes para que sea más dinámico y divertido’, cuenta Javier. Además, cuatro veces al año organizan la actividad ‘Vino en vivo’, en
la que reúnen a un grupo de clientes con los que visitan una bodega para catar sus vinos. Y por si esto fuese poco, próximamente van a convertir algunas de las paredes del restaurante en una atractiva galería para la exposición de fotografías de distintos
artistas invitados.

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