Antonio Benito, Laura Heredia, Miguel Ángel Cano y José María Muñoz llevan más de una década al frente de negocios de hostelería. El centro de Málaga era una asignatura pendiente que, como buenos emprendedores, querían poner en su lista de ‘propósitos cumplidos’, así que dicho y hecho. Hace casi un año esta ilusión se hacía realidad con la apertura de PerroLoco, un local singular no sólo por su decoración, sino también por su forma de hacer las cosas. Ellos lo tenían claro. Querían hacer algo diferente de lo que ya ofrecía el centro, que es mucho. Por eso su propuesta gastronómica ha girado desde el principio sobre un concepto que ellos llaman ‘cocina canalla’, donde confluyen los sabores locales, cocina del mundo y un punto de, por qué no, locura divertida.
El espíritu PerroLoco se palpa desde la entrada con su sillón majestuoso que es, casi a toda seguridad, el más fotografiado de toda la ciudad. Ese estilo ‘canalla’ que gusta al equipo se refleja también en la decoración de maderas, en los colores tropicales, en los jardines verticales y, por supuesto, en la carta. Aquí es donde su jefe de cocina, Mariano Serrano, dio rienda suelta a su forma de entender el sabor y la presentación de los platos, casándolos con la filosofía del restaurante, que no es otra que hacer que el comensal experimente con todo lo que acontece y, sobre todo, que se divierta.
La carta es un paseo por platos pensados para compartir, que se combinan con un ambiente distendido en el que no faltan el jazz y la bossa nova. La experiencia empieza desde que abres la carta y puedes leer nombres divertidos en lugar de los platos de siempre.
De esta forma, el equipo de PerroLoco hace que sus clientes se metan de lleno en el juego canalla que a ellos tanto les gusta. Por ejemplo, aquí una ensaladilla rusa es una ‘Matrioshka con tela de cariño y gambón’, y las croquetas de salchichón de Málaga un ‘Para no liarnos’. Los huevos rotos con langostinos que tienen un toque asiático los vas a pedir como ‘El perro al gallinero entró, con papas y langostinos en adobo Japón’, y sus tiras de pollo servidas jugosas y crujientes como un ‘No llores por mí de pollo crispy’.
‘La de Mango’
Entre sus platos estrella están ‘La de Mango’, una ensalada con hojas de lechuga, cebolla crujiente, pollo crispy, tiras de bacon crujiente y chutney de mango de la Axarquía al curry; el ‘Troceado de salmón encima de un aguacate espachurrao’, que es un tar-tar de salmón; y el ‘Wok malagueño’, elaborado con presa ibérica de bellota, salteada con chalotas, vino de Málaga y servido con cous cous.Otro plato que genera curiosidad ya sólo con leerlo en la carta es la ‘Tarta de manzana’, otro trampantojo, pero este de pastel de foie con hojaldre y manzana. Además de ofrecer todo esto, PerroLoco ha apostado por el ‘tardeo’ abriendo también una zona de bar en el mismo local donde disfrutar de música ambiental, copas y cócteles, por lo que un almuerzo o una cena se pueden alargar cómodamente.
Gracias a los espacios que tienen, el restaurante está acondicionado para acoger cualquier tipo de evento o celebración, y no cierran ningún día. Así que si quieres convertirte en un ‘canalla PerroLoco’ puedes visitarlos cualquier día de la semana en Calle Madre de Dios 43. Eso sí, reservando con antelación siempre que sea en fin de semana