No solo en los chiringuitos se vive el verano. En la playa de Burriana, en la localidad malagueña de Nerja, se ubica uno de los mejores restaurantes de carnes a la brasa de la provincia. Se trata de Paco El Churretero, un establecimiento cuyo nombre homenajea al abuelo de la familia de Abel Cecilia y Daniel Rodríguez, los gerentes del local.
Los amantes de la carne de vacuno encontrarán en Paco El Churretero los mejores cortes de auténtico Buey Certificado, rubia gallega, simmental, black angus y wagyu, además de la singular carne de pasto. Piezas de primera calidad que, siempre que la procedencia de la raza lo permita, compran directamente al productor. Y es que, para ofrecer buena materia prima, hay que conocer al animal en el origen. Por este motivo, Abel y Daniel se desplazan continuamente al norte de España, conocen las ganaderías, los animales en su estado puro, así como los mataderos y su trazabilidad, donde sellan y adquieren las piezas más exclusivas.
En la carta del restaurante se pueden encontrar elaboraciones de la cocina mediterránea, con un guiño a los productos que proceden de la vaca, como el carpaccio de ternera o las croquetas de cecina, y donde el foie casero es uno de los platos más demandados. A ellos se unen una amplia variedad de pescados y mariscos.
Paco El Churretero es el único restaurante en Nerja adherido a la marca Sabor a Málaga por su firme apuesta por el producto local. Destaca entre sus carnes la pata de choto lechal nerjeño, a lo que se unen otros ingredientes como la miel de caña de Frigiliana o los mangos y aguacates de la Axarquía malagueña.
Carta de vinos
También su carta de vinos es toda una oferta de experiencias y deleite para los sentidos. Cuentan con más de una veintena de referencias de las denominaciones de origen Málaga y Sierras de Málaga, junto a otras variedades procedentes de todo el territorio nacional. “Le damos mucha importancia a los vinos malagueños, por eso son los primeros que se pueden encontrar en la carta, porque son de aquí y tienen una excelente calidad”, explica Daniel Rodríguez.
El restaurante, con capacidad para un centenar de comensales, posee un comedor que se divide en dos, con una zona acristalada y otra interior con la cocina al descubierto, para que el comensal pueda ver cómo se elabora lo que degustará poco después. Además, posee una agradable terraza en la que disfrutar de todo un festín junto al mar.