En plena Axarquía hay un restaurante que se diferencia de cualquier otra oferta gastronómica de la provincia ofreciendo platos tradicionales. Es Cal Sales, un restaurante dedicado a la gastronomía típica de la costa mediterránea, con especialidades de la costa levantina y catalana.
Al volver a España hace dos años, después de vivir 21 en Alemania, José Luis Sales decidió arriesgarse a iniciar el negocio. Su vinculación con la hostelería le viene por tradición familiar. “Mucho antes de irme a Alemania, tuvimos un bar y un restaurante. Me encanta cocinar, siempre cocinaba en casa, en todas las reuniones me ha tocado cocinar a mí y lo hago con mucho gusto”, explica. También tiene que ver con la familia su apego a Torrox, donde está ubicado el local, ya que cada año se reunía con los parientes que residen en la localidad y cocinaba para 30 o 40 personas la calçotada típica de Tarragona.
Sales reconoce que el comienzo no ha sido fácil. Conseguir proveedores le costó más de lo que esperaba y desde que empezaron a recibir comensales el pasado mes de mayo ha encontrado resistencias debido a las limitaciones de su oferta, aunque afirma con satisfacción que quien prueba sus platos siempre repite. El local se encuentra en la Avenida de El Faro, muy cerca del mar pero algo alejado del paseo marítimo, donde se concentra la oferta hostelera de Torrox Costa, pero a José Luis no le preocupa la competencia. “Hacemos una cocina diferente, en nuestra carta no tenemos nada de fritura, pescaíto o marisco”, aunque reconoce que se plantean introducir algunas variaciones para adaptarse a los gustos de los clientes sin dejar de ser fieles a las propuestas de la cocina mediterránea. Insiste: “No queremos hacer lo mismo que todo el mundo. Intentamos que la carta sea diferente en todos los aspectos, desde los aperitivos hasta el vino”.
El hostelero destaca de la gastronomía tradicional catalana, a que mejor conoce, la nobleza de sus ingredientes y su sencillez, la misma que trata de llevar a la mesa, con presentaciones simples que dan todo el valor a los productos que sirve. Los caracoles a la llauna, los calçots y la fideuá son los platos estrella de su carta. Trabajan con materia prima autóctona que buscan en su región de origen, donde han encontrado aliados, lo que evita que los precios se resientan. “Las empresas nos ayudan un poco porque han considerado muy interesante nuestro proyecto. Son productos que no se conocen mucho en Andalucía y ayudamos a promocionarlos”, explica José Luis. También aprovechan la variedad de alimentos que ofrece la tierra donde se ha instalado, como el mango, que emplean para elaborar su lasaña mediterránea.
Platos con bacalao
Los platos con bacalao figuran entre los más demandados, al igual que la fideuá y los canelones “de la abuela”. También los platos cocinados a la brasa, ya que cuentan con un horno grande en el que, además de los calçots, preparan la longaniza con judías blancas o el blanco y negro, que tiene entre sus ingredientes longaniza blanca y butifarra negra. Por encargo preparan el ternasco al horno de leña, que es la pierna o paletilla de cordero al estilo del Pirineo Catalán. “Hay que poner una buena pieza. Se prepara el día antes para que coja sabor y la carne queda muy melosa, se deshace en la boca”, destaca.
La temporada de otoño e invierno es su favorita. En noviembre empieza la temporada de calçotadas, una de las propuestas más atractivas de este restaurante, que se prolonga hasta abril. José Luis recomienda compartir con amigos y familiares la experiencia de comer estas cebollas de sabor dulce preparadas a la brasa muy típicas de Valls. “Tenemos dos menús de calçotadas. Presentamos los calçots en tejas, con una salsa, y enseñamos cómo comerlos. Cada persona recibe un kit con un babero y guantes, es todo un espectáculo, muy divertido”.
Con la bajada de las temperaturas llegarán los guisos de carne, “un par de sopas muy contundentes de la parte del Pirineo”, para contentar a quienes buscan por estas fechas más platos de cuchara. Y quieren introducir algún plato de caza, “venado o jabalí, o una buena perdiz asada”.
Otro plato recomendado por el hostelero es la fideuá, que se prepara siguiendo la receta de los pescadores de Tarragona, con quienes también está emparentado. “El fideo de la fideuá es diferente. Se hace con fideo de cabello de ángel, que es muy finito, y ha de quedar un poco sequito. Hacemos un caldo de pescado con pez de roca de aquí, que le da un sabor diferente, y buscamos la jibia fresca. Ya he aprendido que aquí es jibia y no sepia”.