El presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, ha participado en el acto de inauguración de las nuevas instalaciones de la Frutas y Verduras Eladio, una nave en Mercamálaga que cuenta con más de 1.600 metros cuadrados con la que refuerza su apuesta por la producción y distribución de producto.
En el acto han participado también, además del propietario de la distribuidora hortofrutícola, Eladio Rueda; el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el delegado territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta en Málaga, Fernando Fernández, y la alcaldesa de Fuengirola, Ana Mula.
Salado ha destacado “el compromiso de esta compañía con la sostenibilidad”, ya que también ofrece productos de cercanía y de temporada cultivados por pequeños productores locales. Esta empresa, adherida a la marca promocional de la Diputación Sabor a Málaga, moviliza cada año cerca de 15 millones de kilos y cuenta con más de 1.100 referencias de productos.
La nueva sede cuenta con una zona de venta al público y otra para preparación, y ha supuesto la contratación de una treintena de profesionales del sector, de modo que más de un centenar de personas trabajan en la actualidad para esta empresa familiar con cerca de 40 años de tradición.
Salado ha subrayado también el trabajo que realiza esta marca con el canal HORECA, que coincide con el objetivo de Sabor a Málaga de lograr una mayor presencia de productos de la provincia en los sectores hotelero y hostelero, y también ha incidido en la sensibilidad de la empresa con los productos de cercanía y de temporada cultivados por pequeños productores locales, que trabajan por encargo y obtienen un precio digno por sus productos. Esto se materializa a través un proyecto de responsabilidad social corporativa denominado ‘Calma Eladio’.
Por último, el presidente de la Diputación ha recordado las ayudas que la institución provincial destina a los sectores agroalimentario, ganadero y pesquero, por valor de cinco millones de euros, y el compromiso de destinar 200 millones en cuatro años para hacer frente a la sequía.
