Restaurante Asador Lo PepeMolina: la exigencia de satisfacer todos los paladares

La máxima hostelera de satisfacer al cliente encuentra en Lo Pepe Molina su máxima expresión con una propuesta de cocina tradicional adaptada a todos los gustos y apetitos. José Molina fundó el negocio en 1970 muy cerca de su ubicación actual en la Axarquía, en la localidad de Almayate. Lo que comenzó siendo una pequeña taberna que ofrecía tapas caseras se ha convertido en un complejo que incluye una zona de barra y mesas altas dedicada al tapeo, un amplio salón para reuniones y donde organizan todo tipo de celebraciones, terraza para disfrutar del buen tiempo, y el Kiosko, ideal para alargar la sobremesa, probar sus cócteles o tomar unas copas. Como no escatiman en comodidades para los clientes, en las instalaciones hay también un parque infantil y un parking propio. La última mejora ha consistido en instalar una pérgola que sirve como refugio cuando quema el sol.

Cuando Miguel Ángel, el hijo de Pepe, se hizo cargo del negocio familiar comenzó una transformación que lo ha convertido en el establecimiento emblemático que es hoy y en un asador de referencia en la comarca. Fue él quien introdujo el horno de leña y convirtió Lo Pepe Molina en un restaurante especializado en carnes a la brasa. Hoy cuentan con dos grandes barbacoas en las que pueden preparar comida para 150 personas. Una de ellas es cerrada, lo que aporta más sabor a los alimentos, según explica Andrés Pretel, quien dirige la cocina que los fines de semana puede dar de comer a 300 o 400 personas. 

Cuesta escoger uno solo de los cortes que incluyen en su carta. Para Andrés, uno de los más especiales es el costillar de Angus, que puede alcanzar los dos kilos de peso y se trincha ante los comensales. “Tiene mucho más sabor que un chuletón”, especifica. Se cocina a baja temperatura durante una noche, antes de servirlo se le da un dorado final y se acompaña de una guarnición especial. No desmerece a otras piezas de vacuno como el Cube Roll, el chuletón premium o el entrecot de vaca “de dehesa”, con una maduración de cinco o seis semanas y más intensidad. Para garantizar el punto de la carne personalizado disponen de piedras refractarias y una mini barbacoa para terminar de cocinar la carne en la propia mesa.

Una carta variada

La carta no se agota en el apartado dedicado a las carnes, ni mucho menos. Cuando Andrés se incorporó al equipo del restaurante, hace diez años, introdujo recetas más sofisticadas y platos de la cocina internacional, sin abandonar nunca los tradicionales. Escoger la mejor materia prima es una obsesión en Lo Pepe Molina, así como la apuesta por productos de cercanía, que cuenta con el aval de pertenecer a la marca Sabor a Málaga de la Diputación de Málaga. Satisfacer cualquier demanda es un imperativo, de ahí la versatilidad de la carta, en la que se encuentran sopas, ensaladas, pescados, paellas, woks, pizzas, platos especiales para los pequeños, una selección de postres irresistibles y una completa carta de vinos. Sin olvidar el plato más demandado de la casa, la pata de jamón asada, que se puede pedir como tapa o como media ración o ración entera, acompañada de diferentes guarniciones.

Se pueden contar más de cien referencias a las que añaden otras nuevas con frecuencia y que disfrutan dando a conocer con degustaciones de cortesía o recomendaciones desde otro de los atractivos del restaurante, la cocina abierta. “Nos permite tener un trato más personal y explicar la carta. Es una manera de llamar la atención del público y enamorarlos con nuestra gastronomía. La gente ve lo que cocinamos y se animan a probarlo”, explica Andrés. 

Recientemente han incorporado la ensalada templada “huerta marina”, con langostinos al pil pil, aguacate y ventresca; la pata de pulpo asada con verduras de temporada salteadas o un corte nuevo de ternera, la presa de Angus. El rabo de toro estofado es otra de las novedades. “Es un plato que necesita mucho tiempo. Lo maceramos 24 horas en vino tinto y tarda cuatro o cinco horas en cocinarse. Es muy tradicional y tiene que salir bien hecho”, relata el jefe de cocina. Y si alguien, por difícil que parezca, no encuentra nada de su agrado, Andrés se muestra más que encantado de aceptar encargos. “Para mí es un reto hacer algo nuevo, me encanta, y una de mis normas es no decirle ‘no’ al cliente”, reconoce.

“Nuestra intención es conectar con todos los públicos”, afirma Andrés. Y no ahorran esfuerzos. Su oferta gastronómica cubre todas las franjas horarias, desde la mañana a la noche y además se adapta a las diferentes temporadas y a las fiestas. En Semana Santa incorporarán platos típicos como los buñuelos, el potaje de vigilia y las deseadas torrijas. Y, por si fuera poco, fuera de carta ofrecen un menú del día o diseños especiales para eventos, que también se encargan de organizar si lo pide el cliente. Todo con la exigencia de dar al cliente la máxima calidad para que siempre salga contento.   ■

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609 239 151 

952 55 60 07 

www.lopepemolina.es

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